La noche madrileña volvió a ser testigo de una agresión homófoba. En esta ocasión, le tocó a Pablo, que tras dejar a sus amigos dentro de la discoteca Nico’s, entre Ópera y Santo Domingo, y poner rumbo a su casa, recibió una paliza. Según la víctima, de 36 años, «un hombre situado a unos metros de la puerta del local le guiñó un ojo y le hizo señas para acercarse».
Pablo decidió ir a ver qué quería, pero cuando se acercó, empezó a propinarle puñetazos y patadas. «No me dijo nada, solo repetía maricón de mierda, te voy a matar«. La víctima, de nacionalidad colombiana, describió a su agresor como «un hombre de raza aria, ojos claros, rubio con barba y de complexión fuerte«. Por su descripción, se presupone que puede pertenecer a un grupo de extrema derecha, ya que «llevaba el pelo casi rapado, como un corte militar», y tenía acento español.
Los golpes terminaron cuando Pablo empezó a gritar pidiendo ayuda. Ahí fue cuando el agresor se levantó y huyó. A pesar de la brutalidad de la agresión, por la que Pablo no podía ni abrir su ojo izquierdo, nadie acudió a ayudarle. «Nadie intervino, solo un tipo que al final se acercó y me ayudó a pedir la ambulancia. Mis amigos no se enteraron de nada hasta el día siguiente», explica.
La víctima fue trasladada a la Fundación Jiménez Díaz para ser atendida por «golpes en la cara y un mordisco en la oreja izquierda». Finalmente, los exámenes médicos determinaron que no presentaba hemorragias internas. Pablo asegura que no conocía a su agresor, pero cree que «él ya me había fichado en la discoteca, y me esperó fuera». Por el momento, no se puede confirmar su versión, al no saber si la zona tiene cámaras de seguridad, y por la falta de colaboración de los testigos.