El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha concedido el indulto a los militares que fueron sancionados entre los años 1951 y 2013 por la aplicación del Código Uniforme de Justicia Militar, específicamente del artículo 125, que penalizaba la sodomía entre el personal militar incluso cuando ambos adultos estuvieran de acuerdo.
En un comunicado difundido por la Casa Blanca, Joe Biden declaró: “Hoy estoy corrigiendo un error histórico al usar mi autoridad de clemencia para indultar a muchos exmiembros del servicio que fueron condenados simplemente por ser ellos mismos”. Ha añadido que se trata de dignidad, decencia y de garantizar que la cultura de las Fuerzas Armadas estadounidenses refleje los valores que les convierten en una nación excepcional.
Militares encadenados en la Casa Blanca en favor de los militares homosexuales, año 2010
Los militares que se beneficien de esta medida pueden solicitar un certificado de indulto que anula sus antecedentes y les ayudará a recibir las prestaciones que deberían tener como veteranos, a las que no han podido acceder por no haberse licenciado del servicio con honores.
La ley en cuestión, que entró en vigor el 31 de mayo de 1951, fue firmada por el presidente Harry S. Truman, dice así: “Cualquier persona sujeta a este capítulo que participe en cópula carnal contra natura con otra persona del mismo sexo o del sexo opuesto o con un animal es culpable de sodomía. La penetración, por leve que sea, basta para consumar el delito”. Miles de militares fueron juzgados y expulsados del Ejército, en base a ese artículo, simplemente por ser homosexuales.
En 1993, Bill Clinton firmó una ley conocida como “Don’t ask, don’t tell” (DADT, no preguntes, no lo cuentes), en la que se permitía a los homosexuales formar parte del Ejército siempre que no hicieran pública su orientación sexual. Si admitían ser homosexuales o eran pillados manteniendo relaciones con otra persona del mismo sexo, serían expulsados del servicio. Un simple rumor o denuncia anónima era suficiente.
En el año 2010, Barack Obama logró derogar esa ley y afirmó: “No tendremos que pedirles a miles de personas que vivan una mentira para servir al país que tanto aman”.
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