Desgarradora 'Madama Butterfly' en el Teatro Real con una Saioa Hernández "rinnegata… e felice"

Michieletto traslada a un polígono de Shanghái esta 'tragedia giapponese' de Puccini en una apuesta escénica, muy contestada en la noche de estreno, en la que la soprano madrileña crea una Cio-Cio San tan conmovedora que nos lleva a las lágrimas.

Matthew Polenzani (Pinkerton) y Saioa Hernández (Cio-Cio-San) en el reparto de estreno de esta producción de Damiano Michieletto. Foto: Javier del Real.
Matthew Polenzani (Pinkerton) y Saioa Hernández (Cio-Cio-San) en el reparto de estreno de esta producción de Damiano Michieletto. Foto: Javier del Real.
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

1 julio, 2024
Se lee en 4 minutos

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Es Madama Butterfly una ópera con la que no resulta nada complicado que afloren las emociones. La historia que se cuenta es una verdadera tragedia, y la maravillosa música de Puccini la envuelve de un dramatismo que lleva conmoviendo a quien la escucha desde su estreno en La Scala en 1904. El director de escena veneciano Damiano Michieletto cambia en el Teatro Real Nagasaki, el escenario original, por un polígono de Shanghái en el que el sexo, y los sentimientos de esas pobres mujeres, valen menos que una de las hamburguesas que se anuncian en sus neones.

Pero no. Pese a estar trasladada a un polígono tan cutre, no es en absoluto una apuesta escénica ‘poligonera’. Todo lo contrario. Es sutil, delicada y cuidadosa al máximo con el libreto, que no cuenta otra cosa que el drama de una pobre joven geisha que ve su vida destrozada por un asqueroso yanqui que con su dinero compra lo que quiere. Es así como compra a Cio-Cio San, consiguiendo con ello que sea repudiada por los suyos. Una mujer, sin embargo, «rinnegata e felice». Y es así como le destroza la vida. Como se destrozan miles de vidas en esos polígonos en los que el sexo, y los sentimientos, valen menos que una doble hamburguesa con queso.

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'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real. 'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.'Madama Butterfly' en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.

Saioa Hernández inauguró temporada del Real con una soberbia creación de Medea. Ahora la cierra con una Butterfly que provocó el delirio en los saludos finales. Dos mujeres que están en las antípodas: una mata a sus hijos, y la otra se mata por perder al suyo cuando se lo roba ese hombre amoral que le ha destrozado la vida. Su triunfo se vio venir desde el segundo acto, cuando su Un bel di vendremo desencadenó la primera (gran) ovación de la noche. Su Cio-Cio San es delicada, íntima, frágil. Pese a ese torrente de voz que tiene y a su siempre imponente presencia escénica, consigue ser la mujer más vulnerable del mundo cuando dice que ya no es Butterfly sino «la señora B.F. Pinkerton».

Portada shangay teatro real madama butterfly Damiano Michieletto

Damiano Michieletto en la portada de Shangay del mes de junio. El director de escena italiano nos cuenta en una entrevista exclusiva los secretos de Madama Butterfly.

Tras doce años sin afrontar este rol, lo retomó en 2021 en la Staatsoper de Berlín. Es un papel al que tiene especial cariño porque fue el primero que cantó completo, a piano, cuando estudiaba. Y se notó en la noche del estreno. Con ella, unos compañeros que completaron un repartazo en esa noche. Lucas Meachem fue un Sharpless perfecto en ese maravilloso segundo acto que, a nivel escénico, tiene momentos magistrales, como en la escena de la carta, o la llegada del barco, un onírico momento mágico en medio de ese horror que es ese polígono donde se vende tan barato el sexo (y los sentimientos).

Matthew Polenzani fue un estupendo Pinkerton, como lo fue también la Suzuki de Silvia Betrami. Un cuarteto de lujo, compacto, sin fisuras, para esta ópera en la que el resto del reparto estuvo todo a un grandísimo nivel. Como la Orquesta Titular del Teatro Real, a las órdenes de Luisotti, que volvió a salir –una vez más, y ya son muchas– por la puerta grande. Estamos ante una Madama Butterfly de gran altura que a nivel musical, que fue ampliamente reconocida por todo el aforo de la sala.

No ocurrió lo mismo con la puesta en escena, que recibió un sonoro abucheo. La regia de Michieletto es extremadamente fiel al libreto, incluso con el cambio de escenario y ese sorprendente final que no vamos a desvelar. Y pese a lo que en un principio podría parecer, huye de la vulgaridad y el feísmo. Madama Butterfly es un claro caso de lo que ahora se podría llamar turismo sexual, que siempre ha existido, y que no es otra cosa que desmedido abuso de poder del rico sobre el pobre. Pese a ello, como hemos apuntado, tiene momentos extremadamente delicados, que es lo que pide la música de Puccini. La comentada escena de la carta o cuando Suzuki y Cio-Cio San llenan la casa de flores, que obviamente, aquí, en ese polígono donde el sexo y los sentimientos valen tan poco, no puede ser una escena resuelta de manera convencional.

Hay mil detalles que hacen que esta apuesta escénica sea, además de muy inteligente, sutil y exquisita. Pero, sobre todo, insistimos, fiel al espíritu de la obra. Ya conocíamos aquí su estupendo Elisir d’amore, y ahora vuelve a dar en el clavo. Es una producción del Teatro Regio de Turín que también levantó ampollas en el momento de su estreno y que, sin embargo, se ha convertido en el montaje más celebrado del coliseo en muchos años.

Cierre de altura para una temporada del Teatro Real que tiene un balance de lo más positivo. Hay cuatro sopranos para las diecinueve funciones previstas hasta el 22 de julio. Seguro que quedan muchas sorpresas.

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