La ópera regresa a Valencia: las pasiones de ‘Il trovatore’ seducen al público de Les Arts

La ópera de Verdi, una de la más populares del repertorio, cosechó un gran éxito la noche del estreno con el que se retomó la temporada valenciana.

Un momento del ensayo general de 'Il trovatore' en Les Arts de Valencia. Foto: Miguel Lorenzo-Les Arts.
Un momento del ensayo general de 'Il trovatore' en Les Arts de Valencia. Foto: Miguel Lorenzo-Les Arts.
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

9 diciembre, 2024
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Verdi es apuesta segura. Il trovatore es uno de esos títulos que siempre logran despertar las emociones. Y lo consiguió la noche en que la ópera volvió a Les Arts de Valencia. Tras la tragedia de la DANA, poco a poco la normalidad va recuperando su sitio después de las cancelaciones del La verbena de La Paloma y de varios conciertos. El Palau de Les Arts ha creado Som Solidaritat, una fila 0 para canalizar donaciones para  los damnificados, y ha organizado varias acciones solidarias, como el concierto del martes 10 de diciembre, dirigido por Pablo Heras Casado.

Valencia se ha consolidado como una de las grandes plazas operísticas españolas, y la ambiciosa programación de Les Arts es la mejor prueba de ello. Tras el espectacular comienzo de temporada con Manon, que supuso el debut europeo de Lisette Oropesa en el rol de la ópera de Massenet, Verdi regresó a lo grande con la imponente producción de Àlex Ollé (La Fura dels Baus) para la Dutch National Opera de Ámsterdam, la Opera National de Paris y el Teatro dell’Opera de Roma que ha triunfado por medio mundo. Un montaje en donde el regista traslada la acción a la Primera Guerra Mundial, y que a nivel escénico nos regala grandes momentos plásticos, en un inmenso y despoblado escenario gracias a la exquisita iluminación de Urs  Schönebaum, que consigue escenas realmente sublimes.

'Il Trovatore' de Verdi, en el Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia. Foto: Miguel Lorenzo.

Il trovatore de Verdi, en el Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia. Foto: Miguel Lorenzo

Il trovatore es una ópera maravillosa (de las más conocidas y representadas de Verdi desde su estreno en 1853 en el Teatro Apollo de Roma) que tiene dos problemas. El primero de ellos es que necesita de un cuarteto protagonista de gran nivel para defenderla. El segundo, que su libreto –basado en la obra de teatro El trovador, del escritor romántico español Antonio García Gutiérrez, estrenada en Madrid en 1836– es un claro ejemplo de esas historias imposibles propias del Romanticismo. Nada de ello ha impedido que, junto a La traviata y Rigoletto, sea de una las obras más populares no solo del compositor, sino de la historia de la ópera.

A nivel musical, la propuesta que subió al escenario de Les Arts superó con nota el examen de esta partitura llena de maravillosas arias, dúos, tercetos, cuartetos o la archiconocida (y endiablada) Di quella pira. Maurizio Benini, al frente de la estupenda Orquestra de la Comunitat Valenciana, fue uno de los responsables de este triunfo. En el escenario, Antonio Poli (Manrico), Lucas Meachem (que sustituyó in extremis a Artur Rucinski como el Conde de Luna), Olga Maslova (Leonora) y una estupendísima Ekaterina Semenchuk (como Azucena) fueron creciendo a medida que se levantó el telón para terminar la función como un estupendo y compacto cuarteto de lujo que fue ampliamente ovacionado en la función de estreno.

Al igual que el siempre estupendo Cor de la Generalitat Valenciana. Es un gustazo ver cómo el público del Les Arts quiere y mima a sus cuerpos estables. Esos son los detalles que hacen que un teatro de ópera sea un ‘gran’ teatro de ópera. También fueron muy bien recibidos por el público Holly Brown (Inés), Filipp Modestov (Ruiz), Antonio Lozano (Un mensajero), Lluís Martínez (un viejo gitano), todos ellos salidos del Centre de Perfeccionament de Les Arts, magnífica plataforma para lanzar a nuevos talentos. Si levantar el telón de una función de ópera es siempre tarea complicada, hacerlo en Valencia, en estos momentos, es muchísimo más, en todos los sentidos: Bravi tutti!

El segundo de los problemas de esta ópera es el imposible libreto ambientado en la España medieval del siglo XV, en concreto en Vizcaya y Aragón, con una historia de amores prohibidos, hijos ilegítimos quemados en la hoguera y lucha de clases entre el pueblo y la aristocracia. Ante estas historias tan propias del Romanticismo solo hay dos opciones: aceptarlas tal y como son y ponerlas en escena con imaginación , una opción que en las últimas décadas casi nadie se plantea (tal vez lo verdaderamente transgresor hoy día sería montar estas óperas de manera cien por cien fidedigna al libreto), o bien trasladarlas a otras épocas y despojarlas de todo romanticismo de capa y espada.

Àlex Ollé opta por situar este drama romántico en plena Primera Guerra Mundial, en un escenario de trincheras, con una impactante escenografía de Alfons Flores formada por unos bloques que suben y bajan, mediante unos hilos, para crear los diferentes escenarios en los que transcurren los cuatro actos de la ópera de Verdi. Quita así todo el romanticismo a la historia, porque, según el director de escena, “la única manera manera de hilar todas esas pasiones desatadas es a través de una guerra de trincheras, en la que los propios protagonistas olviden el motivo del odio que los enfrenta”. Consigue, como hemos resaltado, momentos bellísimos a nivel escénico gracias, sobre todo, a la iluminación. Así, a nivel estético, la escena crea un escenario perfecto para que el cuarteto protagonista intente sacar todo la pasión y el romanticismo que Verdi logró plasmar en una de sus óperas más famosas, una obra que atrapa de principio a fin por lo maravillosa que es.

El Palau retomó con Il trovatore el curso 2024-25. La próxima parada será el día 20 de diciembre con el estreno en España de Ciudad sin sueño, de Francisco Coll, en un concierto de la Orquestra de la Comunitat Valenciana con el pianista Javier Perianes, bajo la dirección musical de James Gaffigan.

Esta «fantasía para piano y orquesta» es un encargo del teatro de ópera valenciano junto con la London Philharmonic Orchestra, la Toronto Symphony Orchestra y la Sinfonieorchester Basel. Según explica el propio Francisco Coll, escribió Ciudad sin sueño por invitación de Javier Perianes, gran defensor y embajador de la música española, a quien ha dedicado esta obra en forma de retrato musical. El estreno absoluto en el Royal Festival Hall de Londres, a cargo de la London Philharmonic y Javier Perianes, con Gustavo Gimeno como director, concitó el interés de rotativos ingleses como The Guardian o The Times, que lo calificaron como “brillante” y “fascinante”. Ahora, por fin, llega a lo grande a Valencia.

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