Últimamente, Tailandia sólo nos da buenas noticias. Hace unos días, entró en vigor la ley del matrimonio igualitario, donde se reemplazan los términos “marido” y “esposa” se sustituyen por “pareja casada” sin especificar ningún género.
A pesar de que en el país asiático todavía existe una cierta resistencia a reconocer todos los derechos a las personas tailandesas trans, el Ministerio de Salud Pública de Tailandia ha añadido la terapia de reemplazo hormonal (TRH) a los servicios de salud gratuitos disponibles para los ciudadanos tailandeses.
Para ello, según ha informado Bangkok Post, se han asignado 145 millones de bats (unos 4 millones de euros) a la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria, que cubrirán las necesidades de terapia de reemplazo hormonal de 200.000 tailandeses trans. Según la Red Transgénero del Pacífico Asiático, Tailandia tiene una población de más de 300.000 ciudadanos trans.
El portavoz adjunto del Gobierno, Anukool Pruksanusak, ha dicho que esta asignación apoya directamente la política sobre la igualdad matrimonial y hace énfasis en la salud física y mental de las personas sexualmente diversas. Además, ha resaltado la importancia de que la terapia sea gratuita, ya que con la autofinanciación se impedía que algunas personas trans tuvieran acceso a una atención adecuada, lo que podía provocar una compra y un uso sin supervisión médica y, por ende, riesgos para la salud.
Según el Observatorio de los Derechos Humanos, las personas trans se enfrentan a barreras como la discriminación, que es ilegal en Tailandia desde el año 2015, pero no tienen ninguna vía legal para cambiar de género en los documentos oficiales. Esto ha provocado que muchos de los matrimonios de la semana pasada entre mujeres trans y hombres cis fueran registrados oficialmente como la unión de dos hombres, como ha sido el caso de Nina Chetniphat Chuadkhunthod, una mujer trans que se casó el pasado jueves con su novio y que en los documentos sale reflejado como hombre.
“Deberíamos utilizar la igualdad matrimonial como una oportunidad para abrir otra puerta al reconocimiento de género”, comentaba Hua Boonyapisomparn, defensora local de los derechos trans. Y, en la misma línea, Nada Chaiyajit, profesora de Derecho, explicó: “Hemos avanzado mucho en el cambio de la ley pero todavía queda mucho camino por recorrer para lograr una mayor inclusión”.