'L’Heure espagnole' y 'Gianni Schicchi': del impresionismo al verismo, dos éxitos rotundos en Les Arts de Valencia

El coliseo valenciano encara la recta final de su temporada con Ravel y Puccini en un brillante programa doble perfecto en lo vocal, musical y escénico con una redonda –y muy divertida– noche de ópera.

'L'Heure-espagnole', en una brillante dirección escénica de Moshe Leiser y Patrice Caurier, se estrena en Valencia junto a 'Gianni Schicchi'. Foto: Miguel Lorenzo-Mikel Ponce.
'L'Heure-espagnole', en una brillante dirección escénica de Moshe Leiser y Patrice Caurier, se estrena en Valencia junto a 'Gianni Schicchi'. Foto: Miguel Lorenzo-Mikel Ponce.
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

26 abril, 2025
Se lee en 5 minutos

Temas: , , ,

La temperatura de un teatro de ópera se mide, entre otras cosas, por sus producciones propias, equilibrio en la programación, calidad de sus solistas y sus cuerpos estables. Con L’Heure espagnole, de Maurice Ravel, y Gianni Schicchi, de Giacomo Puccini, el Palau de Les Arts de Valencia demuestra que está jugando en primerísima división.

La nueva producción que acaba de subirse al escenario del imponente coliseo de Calatrava viene firmada por Moshe Leiser y Patrice Caurier, que dejan su estupendo sello particular en estas dos obras, radicalmente diferentes, pero que suelen ir emparejadas cuando Gianni Schichi se separa de sus hermanas del Il trittico pucciniando, Il Tabarro y Suor Angelica. Por su parte, desde el foso, Michele Spotti, al frente de la estupenda Orquestra de la Cominitat Valenciana, consigue oro en estas dos partituras, que van desde los tintes impresionistas de la obra de Ravel, a los veristas de la de Puccini.

L’Heure espagnole es un vodevil –vaudeville por respetar su estilo afrancesado– en un acto en el que Concepción, la esposa de un relojero de Toledo, Torquemada, aprovecha el único día de la semana en la que su marido se va a poner en hora los relojes de la ciudad para ponerse ella ‘en hora’ con sus dos amantes habituales: Gonzalve y don Íñigo. Hasta que aparece un tercero, Ramiro, un campesino «con un buen bícep» que es el que al final se termina convirtiendo en el rey, mientras ella cronometra el tiempo que está con los otros dos.

Estupendo quinto protagonista con una Eva-Maud Hubeaux, soberbia entre relojes, con un decorado de cuento –con toro y sus cuernos incluidos– acompañada por unos estupendos Iván Ayón Rivas (Gonzalve), Armando Noguera (Ramiro), Manuel Fuentes (don Íñigo) y Mikeldi Ataxalandobaso (Torquemada). Un compacto quinteto tanto en el plano vocal como actoral para este divertimento que, a nivel escénico, está resuelto con maestría por la pareja de registas.

El trajín –no solo de relojes– de la escena, se vio acompañado desde el foso por una magistral lectura de que Spotti hizo de esta partitura que se mueve entre el impresionismo y esos acordes fuidos y ‘acuáticos’ propios de esos años de principios del siglo XX. La obra se estrenó en 1911 en la Opéra-Comique de París y sigue teniendo la misma frescura. Sobre todo cuando se acompaña con un reparto y una escena como la que vimos en Les Arts el día del estreno. Gran éxito tras esta primera jornada.

Y llegó la segunda jornada de la noche: un Gianni Schicchi traído por los registas a un hospital de hoy, en Florencia. Y la propuesta funciona como un reloj del Torquemada de Ravel. Esta ópera en un acto, ligeramente basada en La divina comedia de Dante, pertenece al Il trittico que Puccini estrenó en el Met de Nueva York en 1918. Esta comedia es una obra típica del estilo verista del compositor de Luca. Spotti, desde el foso cambió de registro, y la Orquestra de la Comunitat volvió a ser una de las triunfadoras de la noche.

Puccini vuelca su crítica al clericalismo con esta comedia en la que el rico soltero Buoso Donati se muere dejando en testamento que toda su fortuna va para unos frailes. Gianni Schicchi es un buscavidas que quiere emparentar con ellos a través de su hija, y decide retirar al muerto de su cama, se hace pasar por él y llama al notario para cambiar las ultimas voluntades del finado y se lo queda todo. Así su hija, Lauretta, se podrá casar con Rinuccio.

Iván Ayón Rivas,Mikeldi Ataxalandobaso y Manuel Fuentes hacen doblete en esta segunda parte del programa doble, en la que Marina Monzó–que viene de triunfar en el Teatro Real con Mitridate, re di Ponto– nos conquistó con una modélica Lauretta. Estupenda, exquisita y brillante en el famosísimo O mio babbino caro pidiendo a su padre, Gianni Schicchi (magnífico Ambrogio Maestri) que la deje casarse con Rinuccio (un no menos estupendo Iván Ayón Rivas). Trío de lujo en un elenco perfectamente equilibrado en el que brillaron, como suele ocurrir en este teatro, los cantantes del Centre de Perfeccionament del Palau de les Arts Reina Sofía.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Les Arts, València (@lesartsvalencia)

Una noche redonda, perfecta, divertida y muy bien cantada. Dos obras cortas con unas producciones actuales y modernas, que respetan no solo la dramaturgia y la partitura de las obras originales sino que, además, respetan al público. Cosa que no siempre ocurre, y que se saldó con un rotundo éxito.

Shangay Nº 573
Portada de la revista Anuario 2024
  • Abril 2025
Shangay Voyager Nº 42
Portada de la revista Shangay Voyager 42
Anuario 2024
Portada de la revista Anuario 2024
  • Diciembre 2024