Hace una semana se estrenó la segunda temporada de Está el horno para bollos, el programa de RTVE Playz para dar voz a las mujeres lesbianas y bisexuales, presentado por Nerea Pérez de las Heras y Judith Tiral. Acaba de ver la luz el segundo capítulo, donde Natalia Lacunza, Virginia Torrecilla y Ana Leal hablaron de cómo el deporte es un espacio seguro para muchas sáficas.
El auge que ha vivido el fútbol femenino español en estos últimos años ha convertido a futbolistas como Irene Paredes, Mapi León o Virginia Torrecilla en referentes para las nuevas generaciones. Sin embargo, hasta hace bien poco no era tan común ver a niñas jugando al fútbol en el patio del colegio. Lacunza recuerda ser de las primeras chicas apuntarse a un equipo de fútbol y vivir su primera historia de amor sáfica, precisamente, jugando a este deporte.
«Mi mejor amiga, que fue como mi primer romance lésbico en el colegio, y yo nos íbamos a jugar al futbol solas. Y fue un momento de despertar y ver que no existe un espacio para nosotras y nos lo hemos tenido que montar aparte”, contó Natalia Lacunza. El fútbol se convirtió en un “oasis de aceptación”, aunque de una manera muy inconsciente. Ahora, años después, la artista sigue manteniendo una relación muy estrecha con el deporte. Después del fútbol y el ballet, Lacunza se encuentra en un proceso “de bodybuilder total», pero sin dejar de lado su verdadera pasión: la música.
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Hace un par de semanas, Lacunza publicó Un castigo, el primer adelanto de su nuevo proyecto. La canción, que interpreta junto al guatemalteco-mexicano Jesse Baez, es una vuelta al pop melancólico de sus inicios, y ha dejado a sus fans con más ganas aún de este disco.
Aunque todo apunta a que habrá que esperar unos meses hasta poder disfrutar del álbum, la pamplonesa tiene previstos varios conciertos en las próximas semanas. El festival LGTBIQ+ Diversa de Elche será la primera parada de esta gira de festivales este sábado 24 de mayo, y tendrá paradas también en MadCool o Sonorama.