Desde su estreno el pasado verano, la serie Una perra andaluza, escrita y dirigida por Pablo Tocino, ha ido ganando adeptos gracias al boca a oreja, y el 13 de junio se estrenará en Filmin su segunda temporada, un año después de que apostaran por la primera.

Cartel de la nueva temporada Una perra andaluza, por Alejandro González
Con ella, sus creadores esperan dejar atrás definitivamente la etiqueta de serie maldita (esa que jamás iba a estrenarse), para confirmar su estatus como serie revelación. Y es que la primera temporada de Una perra andaluza logró tres nominaciones en los 37º Premios Asecan (mejor serie, mejor dirección y mejor guion), compitiendo de tú a tú con superproducciones para plataformas.
Todo esto impacta más aún sabiendo de dónde sale Una perra andaluza: nacida como una ida de olla entre estudiantes recién graduados, la serie resistió un rodaje de años, interrumpido por la pandemia y por sus propias condiciones de cero presupuesto. Aun así, fue ganándose a actrices como Cristina Medina (La que se avecina), Maripaz Sayago (La Mesías) o La Dani (Te estoy amando locamente), y nombres como Falete, Carlos Peguer y Rocío Saiz, que hacen cameos en ella.
El Festival FOC Cultura Con Orgullo organizó recientemente una mesa redonda sobre la serie con invitadas como Laura Hojman. Y el director del FOC, Javier Paisano, califica la serie como “una maravilla. Sentí lo mismo viéndola que con los primeros pasos de Almodóvar y François Ozon”.
‘Dramarracheo’ LGTBIQ+ en ‘Una perra andaluza’
Una perra andaluza es una serie LGTBIQ+, pero es radicalmente distinta a lo habitual, empezando por su propio tono: no quiere ser drama, comedia ni dramedia, sino “dramarracha”. Porque “dramarracha” es también la actitud con la que tiran para adelante sus protagonistas en su particular triángulo de deseo, soledad y amistad.
Trata de un grupo de amigos de entre 17 y 25 años, de contextos distintos entre sí, pero que comparten el sentirse solos (pese a vivir en una estimulación constante) y sentirse perdidos en el sexo (pese a la hipersexualización de su entorno). A lo largo de los episodios, sus historias irán cruzándose y ellos irán explorando sus deseos y su intimidad, pero sobre todo la amistad y el apoyo mutuo. Porque, en realidad, siempre han estado más cerca de ser los pringaos y los frikis que de la popularidad.
Eso era importante para su creador, Pablo Tocino, que siente que los personajes del colectivo suelen representarse “bien con el destino trágico que hasta hace no mucho era lo común en ficción, o bien santificados. Nosotros queremos que puedas identificarte en sus personajes y situaciones… incluso cuando preferirías no hacerlo”. Esta temporada cuenta con un colaborador de lujo: el cantante Ghouljaboy, que quedó fascinado con la primera temporada y quiso ayudar con una banda sonora original creada especialmente para la serie.