Que artistas como Samantha Hudson, Alba Reche o Rodrigo Cuevas incluyan historias y personas LGTBIQ+ en sus videoclips no es motivo de sorpresa hoy en día. Sin embargo, hubo un tiempo, no muy lejano, en que la representación del colectivo en los vídeos musicales españoles brillaban por su ausencia. La reciente tesis de Fernando Fernández Torres investiga cómo ha evolucionado esta representación desde 1980 hasta la actualidad.
Está claro que en estos últimos años hay muchos más videoclips protagonizados por personas del colectivo de los que había a finales del siglo XX. Sin embargo, tal y como explica Fernández Torres, la evolución de la representación LGTBIQ+ no es solo una cuestión numérica. Las historias que se cuentan también han cambiado en estas cuatro décadas.
Mientras que, desde los 80 hasta 2005, “se brinda una visión pesimista de estos personajes, mostrándolos vulnerables, marginados y en conflicto con la sociedad”, a partir de mediados de la década de los 2000 “la visión es opuesta, afirmativa y optimista, en sintonía con un discurso social, normalizador y reivindicativo del colectivo”.
El estudio también observa que en 2015 se produce un cambio fundamental, y es que los artistas queer comienzan a dominar el discurso. Hasta entonces, la mayoría de videoclips con representación LGTBIQ+ provenían de artistas cis heterosexuales. Sin embargo, a lo largo de la década de 2010, los artistas queer empiezan a autoproducir su música y sus videoclips. Estos vídeos, además de incluir una representación LGTBIQ+ menos estereotipada, también son más políticos y reivindicativos.
Fernández Torres agradece a artistas LGTBIQ+ y aliades que han utilizado su arte para alzar la voz por el colectivo. “A través de su música, han desafiado los estereotipos, han visibilizado la diversidad y han luchado por un mundo más justo e inclusivo para las personas LGBITQ+, especialmente para aquellos que provenimos de pequeñas comunidades en las que no existieron referentes directos y acabaron cumpliendo esa función desde sus plataformas”, escribe. Y también agradece a Agustín G. Cascales, redactor jefe de Shangay, por haberle permitido acceder “a su hemeroteca personal para bucear en la historia musical de España, de la cual ha sido el mejor cronista de nuestro país desde los inicios de la revista en los años noventa”.

Fernando Fernández Torres
El fenómeno del ‘queer reveal’
A pesar de que los videoclips analizados en la tesis de Fernández Torres incluían personas o historias LGTBIQ+, muchos de ellos no revelaban el carácter queer del protagonista hasta el final de la pieza audiovisual. Esta técnica –llamada anagnórisis y conocida coloquialmente como queer reveal– es muy común, ya que era la forma que tenían las discográficas de “maquillar, diseminar y que se vea poco o nada el discurso LGTBIQ+ en los videoclips”.
Fernández Torres señala que, de esta forma, las discográficas “se posicionaban con el colectivo, teóricamente, pero en realidad evitaban todo lo posible que se supiera”, ya que muchas veces estos videoclips se emitían en cadenas de televisión musicales que, a menudo, recortan el final de los vídeos.