Pedro Munster, fan fatal por excelencia, muere a los 63 años

Cuesta asimilar que Pedro Munster nos haya dejado. Fue una persona única, muy amiga de sus amigues, y su pasión por la cultura pop era total.

Una gran pérdida para el universo pop.
Una gran pérdida para el universo pop.
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

22 octubre, 2025
Se lee en 4 minutos

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Ha supuesto un auténtico shock la noticia de la muerte de Pedro Munster a los 63 años, por causas aún desconocidas. Quienes han seguido a Alaska a lo largo de todas sus eras saben perfectamente quién era perfectamente: además de fan incondicional, amigo, asistente cuando lo necesitaba y más.

Pedro Munster era una persona única, con una personalidad arrolladora y, sin duda, un gran pilar del underground madrileño desde los tiempos de la movida. Cuando descubrió a Alaska y los Pegamoides, el flechazo con el grupo –su actitud y lo que significaban para el pop nacional– fue inmediato. Y ya nunca se separaría de Alaska y Nacho Canut, a los que ha apoyado incondicionalmente hasta el final, ni de Mario Vaquerizo, al que siempre llamaba cariñosamente «hermana».

Pedro Munster junto a Alaska, en una foto publicada en su perfil de IG en junio.

Pedro Munster junto a Alaska, en una foto publicada en su perfil de IG en junio.

Coleccionista nato, su archivo relacionado con la movida y con los artistas que admiraba –comenzando por todo lo relacionado con los grupos de esa época y siguiendo con nombres tan eclécticos como Marc Almond, Ana Belén, Camilo Sesto (al que también le unió una gran amistad), Madonna y hasta Rosalía– es incalculable. Tanto en físico como en digital.

Munster compartía en sus redes con primor toda la información de cada nueva adquisición que entraba en el ‘palacio Munster’. Y si Alaska llegó a declarar que si no estuviese él se quedarían sin pasado, fue porque lo creía firmemente. Porque quienes le conocíamos sabíamos perfectamente que su capacidad de ‘bibliotecario’ y archivista era única.

Pedro Munster y Alaska en Shangay tea Dance

Compartía también cada aniversario de sus ídolos, toda aquella información que consideraba relevante, y también cada momento en que había podido demostrar su amor a todas y cada una de las personas que formaban su extensa familia elegida.

Su enciclopédico conocimiento musical le hizo brillar como DJ, sobre todo durante los muchos años en que fue residente del mítico local madrileño Morocco, que durante un tiempo capitaneó Alaska. También firmó, junto a Aníbal J. Clar, la biografía Eduardo Benavente. El genio detrás de la cortina (como buen experto que también era en la vida y obra del desaparecido líder de Parálisis Permanente).

Vecino del barrio de Malasaña, era fácil encontrárselo paseando, bien camino del gimnasio –siempre se cuidó mucho–, bien de compras. Siempre con una sonrisa, siempre con esa forma acelerada de hablar, que reflejaba a la perfección cómo vivía.

Aquí dejo de lado algunos de los principales datos biográficos para ir a lo personal. Porque durante muchos años nuestra amistad fue muy cercana, y supe lo que era formar parte de esa familia suya de lazos muy estrechos.

Cuando nos comíamos la noche, presumía de que –él, como buen ‘Munster’ que era de raíces– éramos ‘grandes vampiras’. Y siempre elogiaba mis peinados, o me felicitaba por entrevistas a algunos de sus ídolos –era lector fiel de Shangay–, o aseguraba flipar cuando en ocasiones me veía pinchar, fuese físicamente o en redes. Me decía continuamente que era «una descarada», y siempre me hacía reír cuando lo escuchaba.

Pedro Munster se consideraba a sí mismo, ante todo, «una moderna», y de ahí que siempre presumiese de su físico. Era ideal ver lo orgulloso que estaba de sí mismo, siempre da gusto ver a alguien con una autoestima tan alta, porque en ocasiones, un mero piropo suyo te la levantaba a ti.

También fue un gran amigo –y coleccionista, claro– de Shangay. No faltaba nunca a nuestra carroza en los primeros años del Orgullo de Madrid (siempre sin camiseta, faltaría más), y le hizo mucha ilusión aparecer en una de nuestras portadas con, entre otros, sus adorados Alaska y Nacho Canut, cuando se embarcaron con Fangoria en 1997 en una gira, también muy travesti, llamada Xpandelia.

Portada Alaska Shangay Xpandelia

Por cierto, imposible no recordarle alguna vez disfrazado, por estas fechas, de Drácula (como buena vampira que se consideraba) o de Freddy Krueger, recordando a los momentazos que se vivían en las actuaciones televisivas de los últimos tiempos de Alaska y Dinarama, cuando interpretaban Mi novio es un zombi. Pedro Munster, que adoraba Halloween, no va a poder vivir el que se avecina. Se une a  Eduardo Benavente, Carlos Berlanga o Camilo Sesto en otra dimensión.

También con Quentin Crisp, autor de la cita que preside su perfil de Instagram: «Lleva demasiado tiempo distinguir lo maravilloso de lo meramente bueno como para preocuparse en absoluto por lo mediocre». Pedro Munster tuvo la suerte de saberlo distinguir desde siempre.

Pedro Munster y Mario Vaquerizo

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