Cuando descubres historias como la de Abby Stein recuerdas lo importante que es la visibilidad trans. Porque son muchas las personas trans que continúan sin tener suficientes referentes visibles que les permitan vivir sin miedo y mostrarse tal y como son ante el mundo.
El éxito de Unorthodox, basada en la vida de Deborah Feldman, y recientemente estrenada en Netflix, ha hecho que sean muchas las personas que se hayan interesado en historias como la que cuenta esta alabada miniserie. Que, al fin y al cabo, habla de una mujer asfixiada en la comunidad ultraortodoxa judía, que decide romper los lazos con ella para poder vivir su vida el libertad –recordemos la excelente película Disobedience de Sebastián Lelio, que contaba una historia similar, protagonizada por una mujer lesbiana (interpretada por Rachel McAdams y Rachel Weisz) en circunstancias similares–.
Es por ello que se vuelve a hablar mucho de Abby Stein, criada en la comunidad jasídica ultraortodoxa de Brooklyn. Una activista que en los últimos cinco años no ha dejado de ayudar a personas que se identifican como trans dentro de la comunidad ortodoxa. La suya no ha sido una vida fácil. Sus padres la veían desde pequeña como un futuro rabino, dado que sus hermanas no podrían serlo. Pero Abby luchó desde pequeña contra lo que se esperaba de ella, y contra un cuerpo que no aceptaba como suyo.
Rezaba para despertarse al día siguiente viendo a la niña que se sabía que era, le prometía a Dios que sería la mejor esposa posible. Pero en la comunidad jasídica en la que nació nada de lo que deseaba le podía ser concedido. Porque ni siquiera sabía que las personas trans existían, en un mundo tan cerrado como el suyo, en donde incluso el acceso a Internet está vetado –algo que refleja muy bien Unorthodox–.
Su vida comenzó a cambiar a los 20 años, cuando ya casada y con un hijo –los matrimonios concertados se realizan a los 18– decidió desobedecer a los responsables de su comunidad e investigar en la red. Descubrió que había muchas personas trans ahí fuera, y comenzó a contactar con grupos online de personas como ella. Cuando se lo confesó a su mujer, le apartaron de ella y de su hijo, abandonó el mundo en el que había crecido y comenzó una nueva vida. Aunque su familia no sabía aún que era trans, porque para ellos esas personas no existían.
En 2015, cuando comenzó a hormonarse, por fin se lo contó a sus padres, y tuvo que hacerlo utilizando textos religiosos… Acto seguido, le dijeron que nunca más le hablarían. Y ella decidió compartir con el mundo en su blog que era una mujer trans. Desde entonces, una de sus actividades más relevantes es la de ayudar a mujeres trans que han vivido tan oprimidas por la religión como ella a tomar las riendas de su vida.
En 2019 publicó su autobiografía, Becoming Eve: My Journey from Ultra Orthodox Rabbi to Transgender Woman (Convirtiéndome en Eva: mi camino de rabino ultraortodoxo a mujer transgénero). Y, por cierto, tiene un pequeño cameo en Unorthodox, así que tiene todo el sentido que, a raíz de la serie, su historia esté despertando de nuevo tanto interés mediático. Al fin y al cabo, es una pionera trans.