Un dia, Kingston, el hijo de Gwen Stefani, se manchó de barro la uñas. Fue entonces cuando para limpiarse, la cantante le propuso que jugasen a los salones de belleza y se las pintase. Este lo hizo, y pese a ser advertido de que tendría que ir así al colegio, le dio igual porque el rosa “es un color guay”.
En una entrevista para la revista Pride Source, Stefani habla sin tapujos de su vida con los gays y de la supuesta polémica sobre su hijo. Ella, encantada con el mundo gay que la rodea (mejor amigo incluido), no tiene problema en que su hijo quiera llevar tutú o le encanten sus sesiones de belleza. La naturalidad es el secreto.
El caso es tener claro lo que se quiere ser, independientemente de la condición sexual y la opinión pública. Kingston, de 8 años, tendrá siempre el apoyo de su madre, que le anima a no ser como los demás.
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