Fernando Bernués dirige 'Los papeles de Sísifo’: “El teatro está para ampliar miradas”

Temas: Alfredo Sanzol, CDN, Centro Dramático Nacional, Entrevista, Teatro

Tras verse en Vitoria, Bilbao y Donosti, ha llegado al Centro Dramático Nacional Los papeles de Sísifo, obra con la que el escritor Harkaitz Cano se ha estrenado como autor dramático. Fernando Bernués, con una gran, y variada, experiencia en el universo teatral, dirige una función inspirada en un caso real. El que para Bernués es “uno de los episodios más nefastos de nuestra historia democrática reciente”, el cierre del diario en euskera Egunkaria en 2003, le provocó tal desazón que decidió utilizarlo como base de esta función, cuyo texto encargó a Cano.

“Mucha gente me decía: ¡estáis locos al llevarla a Madrid!”, recuerda Bernués entre risas. “Lo cierto es que estoy muy agradecido por la manera en que el Centro Dramático Nacional ha apoyado el proyecto. En todas partes hay gente con una percepción abierta”. Los papeles de Sísifo reflexiona sobre el poder y la libertad de expresión a través de las tres profesiones involucradas en la acción: el periodismo, la justicia y la policía. “Un cierre de un periódico siempre es un ejercicio donde se cuestiona mucho la libertad de expresión”, afirma. “La sentencia fue brutal, hubo episodios de tortura avalados por Europa… Según qué gafas te pongas para verla, te podrá molestar o no”.

De un episodio espinoso ha surgido esta función, “que no es un relato estrictamente del caso Egunkaria, aunque se pasa por esos episodios, que tuvieron tanto protagonismo en él”. Se queja el director de que todavía cueste en este país hablar de temas como este con normalidad, y con esta obra apuestan por ella a través de la ficción. Con el estreno de Patria aún reciente, es un buen momento para seguir visibilizando la historia reciente del País Vasco desde una absoluta normalidad. “Cuanto más se amplíen las miradas, se comprendan las sensaciones de los otros y se comparta la gama de percepciones de grises que tengamos sobre los conflictos, mejor. Y para eso está el teatro”.

Expilca Fernando Bernués cómo el caso Egunkaria fue “un mazazo social y cultural muy importante, porque fue un periódico en euskera que se levantó con suscripciones populares y la participación de miles de personas. Su cierre fue una bofetada, y la respuesta popular ante ese cierre fue impresionante”. En 2003, Bernués codirigió la gala de los Premios de la Música junto a Mario Gas. Se acababa de ordenar el cierre del periódico Egunkaria, y cuando Fermin Muguruza subió a recoger un galardón, condenó ese hecho. El abucheo fue tremendo. “Se me saltaron las lágrimas del estupor”, recuerda. “Y pensé: ‘algún día hablaré de esto”.

Se han cambiado nombres, incluido el del diario, aunque asegura el director que a quienes conozcan la historia les resultará fácil encontrar correlaciones con las personas reales que vivieron los hechos que han inspirado Los papeles de Sísifo. Y que sirven para hablar de muchas más cosas, apunta. “Hay una mirada conceptual sobre el periodismo, desdibujando la frontera entre una redacción y una comisaría, entre lo que es un interrogatorio y una entrevista… La ética de los medios periodísticos y el uso de investigación judicial se van solapando, y vamos viendo las actitudes personales de personas que trabajan en ambos lados”. Así, Bernués continúa fiel a su máxima: “Me interesa un teatro de nociones y de emociones”, afirma.

También le gustaría que esta función invitase a reflexionar sobre la calidad de la información que recibimos hoy día. “Veo cada vez más que los medios construyen un relato masticado de lo que uno tiene que pensar, y eso no es informar”, afirma. Y si se ha apostado por un lenguaje y una puesta en escena absolutamente contemporánea, es porque le gustaría que la obra llegase a un público lo más amplio posible, incluido el más joven. “Porque es importante que estas generaciones reflexionen también sobre algo que está muy presente en nuestra sociedad. Porque hoy día es difícil detectar dónde están los recortes de libertad concretos. Y el nivel de autocensura en la cultura y la información es increíble, cuando por ahí la gente dice auténticas barbaridades de manera impune”.