Noémie Merlant, en 'París, distrito 13': "Ya basta de masculinidad tóxica y heteropatriarcado"

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Las películas sobre vidas y amores cruzados constituyen un género en sí mismo, con clásicos a prueba de modas como Shortcuts (Vidas cruzadas), de Robert Altman (1987), o Love Actually, de Richard Curtis (2003), pasando por Magnolia, de Paul Thomas Anderson (1999). Se une ahora a ese grupo París, distrito 13, de Jacques Audiard.

Audiard, director de joyas como Un profeta o Los hermanos Sisters, ha adaptado para su nueva película París, distrito 13, tres novelas gráficas del estadounidense Adrian Tomine, junto a Céline Sciamma (Retrato de una joven en llamas) y Léa Mysius. Con exquisita sutileza, y en blanco y negro, a través de cuatro personajes principales traza un retrato generacional de cómo vivimos el amor y el sexo en tiempo de redes y apps.

 

Emilie (Lucie Zang) trabaja como teleoperadora, y la llegada de Camille (Makita Samba) a su vida, su nuevo compañero de piso con derecho a roce, hace que salten chispas entre ambos. Ella se plantea una relación con él, a Camille le aterroriza la idea. Por obra del destino, en el camino de este seductor irresistible se cruza Nora (Noémie Merlant), que se encuentra en un momento de enormes dudas sobre sus preferencias sexuales. El azar –y una situación muy desagradable– le hace descubrir a la camgirl porno Amber Sweet, y cuando comienzan a interactuar en su canal descubren que les unen más cosas de las que parece.

Noémie Merlant, una de las protagonistas de la inolvidable Retrato de una mujer en llamas, de (la coguionista de esta cinta) Céline Sciamma, visitó nuestro país para hablar de París, distrito 13, de la que se siente muy orgullosa. La actriz y directora –a la que pronto veremos en la esperadísima Un año, un día, de Isaki Lacuesta, película que le encantó, según nos cuenta–.

Actriz de variados registros, en la nueva película de Audiard encarna a una mujer con –aparentemente– tantas inseguridades como secretos. «A mí no me resultó excesivamente misteriosa porque sentía que tengo mucho que ver con el personaje», afirma. «Es una mujer que se busca a sí misma, porque ha vivido conforme a lo que la sociedad patriarcal nos impone. Llega a los treinta y se da cuenta de que eso no es lo que quiere para sí misma«.

Nora vuelve a París para retomar sus estudios universitarios y así arranca su historia, «su explosión», añade Merlant. «Se da cuenta de que resulta misteriosa porque realmente no sabe lo que quiere, ni sabe quién es realmente». Cuando conoce a Amber Sweet a través de una app de contactos y comienzan una curiosa relación virtual, algo se mueve dentro de ella. «Esa búsqueda para encontrar una conexión con sus deseos como mujer tiene mucho que ver conmigo».

«Me gusta que la película plantee que todo es posible en las relaciones personales»

Porque la película visibiliza la sexualidad fluida, más allá de las etiquetas. «Eso es muy interesante», dice. «Me gusta la apertura, me gusta que se plantee que todo es posible; que no tienes que limitarte, y puedes relacionarte con cualquier persona cuando quieras. Nora deja de cerrarse puertas, en el trabajo y en sus relaciones personales».

Un hombre, Camille, es el vínculo común entre las historias de las protagonistas femeninas, y Noémie Merlant señala que le parece que muy importante que dos de ellas, la joven Emilie y la descarada Amber Sweet tomen la iniciativa a la hora de materializar sus deseos. «Cuando mi personaje se aburre de los encuentros sexuales con Camille, este se da cuenta, y lo acepta, aunque le pese. No es una reacción habitual en la mayoría de películas».

Mientras el macho tradicional es, en cierta manera, ‘derrotado’, Nora explora una relación virtual con una mujer que le resulta más sugerente. «Se crea una conexión profunda entre ellas, que cada una vive en su intimidad».

París, distrito 13 habla de la importancia decisiva de las pantallas en las relaciones actuales –que en este caso, el espectador disfruta también a través de una pantalla–, aunque sin emitir un juicio ante una realidad indiscutible. «Refleja nuestro mundo, tanto lo bueno como lo malo», comenta la actriz. «Porque en la película vemos nacer una historia de amor a través de pantallas que es más auténtica que otras que se viven en carne y hueso. Siento que las redes sociales han permitido a muchas personas que de otra manera quizá eran invisibles para el mundo empezar a ser visibles, que sus voces sean escuchadas. Cierto que también son vehículo para mucha violencia que encuentra un altavoz, se escriben cosas sin pensar… Me gusta mucho cómo Audiard trata esto en la película».

«Solo quiero estar en proyectos que aporten una visión positiva de las relaciones LGTBI»

Noémie Merlant se convirtió en todo un icono queer al protagonizar la bellísima cinta de época Retrato de una mujer en llamas, y en París, distrito 13 vuelve a protagonizar una intensa –y muy distinta– relación entre dos mujeres. «Me hace sentir muy orgullosa sentir ese amor de la comunidad LGTBI», dice. «También me hace preocuparme, porque quiero asegurarme de estar en proyectos que aporten una visión positiva e interesante de esas relaciones. Cuanta mayor representación haya de la diversidad, mejor«.

Está encantada de ver que cada vez hay mayor representación LGTBI en el cine. «Hay que mostrar todas las posibilidades posibles, porque el cine (y el arte en general) tiene mucho poder; las imágenes que muestra tienen la capacidad de contribuir a cambiar el mundo y las conciencias de la gente«.

La actriz Noémie Merlant tiene claro que hará todo lo que esté en su mano para contribuir a ese cambio. «Ya está bien de masculinidad tóxica y heteropatriarcado», afirma rotunda. «Basta ya de esa imagen ‘romántica’ de la mujer salvada y el hombre salvador. Eso para mí no es una representación del amor».

Por eso está tan orgullosa del mensaje que lanza París, distrito 13. «Porque lo más importante es el amor a una misma; escuchas tus deseos y haces por materializarlos. Eso sí me parece romántico, porque es una expresión de libertad«.