‘Privilegiada’ de Álex de la Croix aterriza en el Festival Internacional Inside Out de Toronto

Temas: Cine, No binario, Trans

Alex de la Croix nos sorprende estos días en el Festival Internacional de Toronto Inside Out con la presentación de su corto Privilegiada. En 1991, este festival de cine y vídeo celebró su primera edición con una pequeña comunidad de personas que anhelaba ver películas y vídeos creados por y sobre el colectivo LGTBIQ+.

Actualmente, es el evento más grande de su categoría en Canadá, y es visita obligada para cinéfilos de todo tipo, mostrando los mejores y más diversos trabajos de interés para las comunidades LGTBIQ+. El festival atrae a más de 35.000 personas entre proyecciones, charlas de artistas, paneles de discusión, instalaciones y fiestas, que destacan más de 150 trabajos audiovisuales en Canadá y en todo el mundo.

Tras la presentación, durante los pasados meses, en más de veinte festivales internacionales y nacionales, Privilegiada se presenta en Toronto, dentro de la sección ‘Best Of’, como único corto de una española nominada.

La historia escrita por Alex de la Croix llegó a los corazones y al sentido común de la productora The Royal Production Company y de la ONG Apoyo Positivo. El proyecto surge de las vivencias personales de la directora, como persona transgénero y no binaria, en un mundo estructurado por y para lo cishetero normativo. Nos habla de las diferencias de género e imposiciones sociales unidas desde siempre a las mujeres, sobre los privilegios y las personas normativas.

El corto nos muestra la realidad de un día cualquiera yendo a la piscina municipal con una amiga y teniendo una revelación junto a los vestuarios. Olga y su íntima amiga Dolores pasan una tarde en ella divagando sobre diferencias de género e imposiciones sociales asociadas a las mujeres. Estas diferencias e injusticias hacen llegar a Olga a la conclusión de que los privilegios que supuestamente alguna vez tuvo como «persona normativa’’ han desaparecido por completo, por lo que se dispone a recuperarlos, cueste lo que cueste.