Este año, el Teatro Real inaugura temporada de una manera diferente, pero no por ello menos importante. Debido a unas obras de puesta a punto del escenario y la imponente caja escénica del coliseo de la Plaza de Oriente, será en los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid el próximo 21 de septiembre. Allí Orphée, de Philip Glass, dará el pistoletazo de salida a la nueva temporada. Una obra que, además, marcará la línea de programación.
Así nos lo indicó Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, hace unas semanas: “Se puede decir que el mito de Orfeo va a ser el motivo conductor de la temporada. Para los neoplatónicos florentinos, Orfeo era la metáfora misma del poder de la música, y de ahí el mito pasó a encarnar la ‘autoconsagración’ de la ópera como una nueva forma de arte».
Podremos ver diferentes versiones: «Tendremos en la temporada tres versiones del mito de Orfeo. La primera es la de Claudio Monteverdi, de 1607, que pondrá en escena Sasha Waltz con una dramaturgia que se atreve a dinamitar la frontera entre música, canto y danza. En segundo lugar, Orfeo ed Euridice de Gluck, estrenada ciento cincuenta y cinco años después. Y para comenzar, esta que nos ocupa, Orphée de Philip Glass, compuesta en 1993 bajo la estela del guion que Jean Cocteau filmó con la gran María Casares, de quien por cierto se cumple este año el centenario de su nacimiento».
Jordi Francés y Rafael Villalobos dirigirán esta coproducción entre el Teatro Real y los Teatros del Canal sobre un poeta con anhelos de inmortalidad y una misteriosa princesa capaz de viajar al mundo de los muertos a través de los espejos”.
SHANGAY ⇒ Menudo privilegio, estar en la inauguración de la temporada 22/23 del Teatro Real…
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ La verdad es que sí. Me siento afortunado de poder estar una temporada más en este teatro que se ha convertido en mi casa. Es como una familia formada por grandes profesionales que, además, intentan que estés cómodo y puedas hacer tu trabajo de la mejor manera posible. Debuté allí en 2009 con La Vera Constanza, de Haydn, junto al maestro López-Cobos. Yo era un niño. Sin duda, es un teatro que forma parte de mí.
Pablo García-López (Cégeste) y Edward Nelson (Orfeo) en un momento de los ensayos de esta ópera que podremos ver en los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid, y con la que el Teatro Real comienza su nueva temporada. [Foto: Javier del Real]
SHANGAY ⇒ Estamos ante una obra bastante desconocida pese a ser de un compositor muy famoso, caso extraño en los creadores contemporáneos.
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Philip Glass es uno de los compositores más importantes de los últimos cincuenta años, gracias a una combinación especial que hace que su música se fusione con varias tradiciones culturales y esté tan cerca del arte. Lo curioso de Glass es que trabajó gran parte de su vida como taxista y fontanero en Nueva York, y eso le hizo estar muy en contacto con lo cotidiano y con la dura vida de un joven en una ciudad tan hostil; si a eso le unimos su formación con la gran maestra Nadia Boulanger, hace de él un músico con un gran convencimiento en lo que crea.
SHANGAY ⇒ Centrada en el mito de Orfeo, la que está considerada como la primera ópera de la historia…
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Podríamos decir que Orfeo abarca una gran cantidad de referencias históricas, y además hay varios compositores que han escrito sobre este famoso mito: Peri, Gluck, Monteverdi, Telemann. Aunque existen algunas diferencias entre Orphée de Glass y el de Monteverdi.
SHANGAY ⇒ Son más de cuatrocientos años de diferencia…
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Y eso se nota, aquí la música es distinta por completo. Orphée es un poeta y no un músico, existen otros personajes como Cégeste (el personaje que interpreto) que no aparecen en las otras fábulas sobre Orfeo. Pero hay un pilar en común en todas estas óperas: el músico/poeta que trasciende a la muerte para seguir estando vivo a través de su arte.
SHANGAY ⇒ En pocas palabras, ¿qué tiene de especial una obra así?
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Glass se inspira en un texto estupendo de Cocteau que este escribió para su famosa película de los años 50 con María Casares y Jean Marais como protagonistas, en la que se hizo una interpretación muy sugerente del mito clásico. Realmente, la fusión de estos dos genios consigue recrear atmósferas muy especiales. También tiene un ritmo propio que produce el efecto de estar viendo una película.
SHANGAY ⇒ La música contemporánea no suele tener una ‘buena comunión’ con el gran público. Sin embargo, Philip Glass es un compositor bastante conocido, en especial por sus bandas sonoras, con Oscar incluido…
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Esta música se puede escuchar muy fácilmente, tiene una orquestación muy variada con muchos colores, divertida, profunda y emocionante.
SHANGAY ⇒ El mundo de las artes suele ser bastante excluyente, y el mundo del cine y el de la ópera o la música culta no siempre ‘maridan’ bien. Ya son muchas las personas que consideran muchas bandas sonoras como las grandes obras sinfónicas del finales del XX… Es como cuando hace unos años, para un actor, no era prestigioso trabajar en televisión… ¿Están cambiando las cosas?
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Claro, el mundo del arte está en continuo movimiento. Además, pienso que Philip Glass tiene algo especial, por eso no es considerado un compositor contemporáneo al uso. Estuvo tan en contacto con artistas plásticos como Richard Serra o Robert Wilson que considera que su música es un camino para llevar al oyente a un lugar, no un fin en sí misma… Por eso, con estas repeticiones que a veces escuchamos en su música, poco a poco nos olvidamos de ella para ir sintiendo la atmósfera que se crea, y centrarnos así en la historia.
El tenor cordobés tiene un año lleno de proyectos en teatros españoles, como el Liceo de Barcelona, y europeos. Con L’Orphée inaugura la temporada del Teatro Real.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué la música contemporánea no logra conectar con un público masivo como sí ha ocurrido en otros momentos de la historia?
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ En muchas ocasiones, no ha buscado conectar con el público sino contarnos un momento histórico que estábamos viviendo, o hacernos sentir algunas cosas que quizás no fueran del todo agradables. Pero no siempre debemos pensar en conectar, muchas de las situaciones que más nos marcan en nuestra vida nunca llegamos a comprenderlas del todo, ¿verdad?
SHANGAY ⇒ El mundo mitológico de Orfeo, que cuando tocaba la lira calmaba a las fieras, con el surrealista de Cocteau y con la música, podríamos decir casi minimalista, de Glass… Un ‘trimonio’ bastante complicado.
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Será sorprendente para el público, es una historia muy peculiar… La visión de Cocteau plantea una reflexión sobre la transcendencia de los artistas y el arte: Orphée es un poeta que busca ser inmortal a través de su obra, pero el encuentro con un exitoso y efímero Cégeste, harán tambalear los cimientos de su vida y replantearse muchas cosa artísticas y humanas.
SHANGAY ⇒ Estamos antes una obra marcada por la estética de de finales del siglo XX. ¿Consideras que ya en plenos años 20 del XXI este lenguaje musical sigue vigente?
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Lo interesante de este siglo XXI en el lenguaje contemporáneo es la variedad de estilos que existen. Yo he cantado a muchos de los mejores compositores contemporáneos vivos: Francisco Coll, Lorenzo Palomo, Jesús Torres, Tomás Marco, Jake Heggie, Rufus Wainwright, Hermés Luaces… Cada uno tiene un lenguaje propio y distinto. Lo bello de cantar esta música es poder crear desde cero junto a sus compositores; es una experiencia realmente enriquecedora.
SHANGAY ⇒ Adelántanos cosas que vamos a ver en el escenario teniendo en cuenta todas las disciplinas artísticas que hemos comentado…
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ El montaje de Rafael Villalobos es una de las producciones más especiales que he hecho, hemos hablado mucho sobre cómo contar esta peculiar historia. Él se inspira en el Nueva York de los años 90, y Cégeste (mi papel, el personaje que interpreto) es muy singular y complejo. Orfeo se obsesiona con él, con ese ‘algo’ de los artistas que ese joven tiene y no lo encuentra dentro de sí…, y nace esa especie fijación que va más allá de la parte artística o sexual. Lo más bello es ver el propio universo de los cinco protagonistas (Orfeo, la Princesa, Eurídice, Heurtebise y Cégeste), tan distintos, tan únicos pero a la vez tan unidos.
SHANGAY ⇒ De inaugurar la temporada del Teatro Real con Glass, al Liceo con Puccini y vuelta al Real con Rossin… Un variadito.
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Totalmente [risas]. Eso ha caracterizado mi vida musical desde siempre. Me gusta hacer distintas cosas, diferentes músicas, tendencias… Hay tanta música maravillosa y solo una vida para hacerla. Por ejemplo, aunque amo la ópera, nunca puedo vivir sin el lied o la canción española de concierto, a la que le dedique mi primer disco Rutas. Volviendo a la temporada, es muy bella porque además supondrá mi debut en el Liceu de Barcelona, pero sobre todo hacer música con diferentes personalidades, y estilos tan distintos. También estrenaré en el Teatro Villamarta de Jerez un precioso recital, La Tarara-123, basado en la música de Lorca, junto a Rosa Torres-Pardo.
«Orfeo se obsesiona con mi personaje, con ese ‘algo’ de los artistas que ese joven tiene y no lo encuentra dentro de sí…, y nace esa especie fijación que va más allá de la parte artística o sexual»
SHANGAY ⇒ ¿Cuáles son tus metas para las próximas temporadas?
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Seguir haciendo música de la mejor manera, y crecer junto a ella. Yo soy músico, canto desde que era un niño y me considero un músico que utiliza su voz, en este caso de tenor. Algo bello es que estaré en varios teatros europeos con proyectos muy interesantes, me gustaría seguir haciendo lied y canción por muchos lugares del mundo, de hecho la próxima temporada realizaré varios conciertos de música española con orquesta, cantaré mi primer Winterreise –que ya está programado– grabaré un nuevo disco y, finalmente, debutaré en el teatro de mi tierra: La Maestranza de Sevilla. Me gusta hacer mi carrera con proyectos que me remuevan por dentro, creo que una de mis virtudes es sacar de muchos personajes una esencia especial, dándoles un enfoque y unos matices personales que los haga interesantes y sugerentes. Para mí es imprescindible siempre la preparación tanto técnica como musical de los personajes que hago, lo que implica trabajo escénico, actoral, interpretativo y hasta físico.
SHANGAY ⇒ En un mundo globalizado como este, ¿cómo gestiona un cantante de ópera moderno su imagen?
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ La verdad es que es algo importante, y me gusta cuidarla; pero mostrar mi verdadera personalidad, no algo impostado. Yo soy un chico de Córdoba que ha evolucionado y crecido a través de la música. Eso está ahí, las raíces no puedo ni quiero olvidarlas. Pero cuido bastante mi físico y llevo una vida saludable, ya que forma parte junto con mi voz de mi carrera como cantante.
SHANGAY ⇒ La gran Teresa Berganza decía que ella sería incapaz de vivir pendiente de tener que contar en las redes sociales lo que acababa de hacer sobre un escenario. Sin embargo, ahora no queda otra que hacerlo…
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ No, y pienso que es una tontería rechazar una herramienta como las redes sociales. En los años de esos grandes divos, cuando iban a América pagaban a sus agentes de prensa para ir a los programas de televisión, o hacían campañas publicitarias en revistas. Ahora tenemos las redes, que además hacen que la gente esté en contacto más directo con nosotros. Como todo, en su justa medida no está mal.
SHANGAY ⇒ El público joven que renueva los patios de butacas, al final, también siente pasión por los grandes títulos de repertorio.
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ Los jóvenes quieren ver cosas que les remuevan por dentro, que le dejen paralizados en su butaca; además, me doy cuenta de que lo que más valoran es la calidad. Las nuevas generaciones tienen a su alcance (YouTube, etc.) toda la tradición, ahora es responsabilidad de los teatros y los artistas estar en contacto de verdad con los jóvenes, ofreciendo espectáculos de calidad a un precio que se puedan permitir y siendo muy sinceros con ellos. La verdad en la interpretación es lo que más remueve al público joven.
SHANGAY ⇒ ¿Son los grandes musicales los sustitutos de la ópera? Estas obras sí que conectan con audiencias masivas.
PABLO GARCÍA LÓPEZ ⇒ La ópera está entre nosotros desde hace cuatrocientos años y seguirá aquí muchos más, no sé si de la misma manera, pero estará. Los musicales son otra cosa; algo más ligero. Existen muchos de una calidad asombrosa; de hecho, yo soy muy fan de todos los de Lloyd Webber.