Son grandes amigas, y en esta ocasión Candela Peña y Pilar Castro no pueden estar más felices de trabajar juntas en Contracciones, una función que les apasiona.
Una oportunidad de mostrar lo bien que se compenetran en escena, al igual que les sucede en la vida real.
En tiempo récord, Contracciones se ha puesto en pie y se ha estrenado. Es una adaptación de Jorge Kent de la obra original en inglés (Love Contract) de Mike Bartlett que ha dirigido Israel Solà (fundador de la compañía La Calòrica). Este asegura que ni en sus mejores sueños se habría imaginando dirigiendo a dos actrices de la talla de Candela Peña y Pilar Castro. «Mi trabajo ha sido el de potenciar sus superpoderes», dice. «Y han sido superobedientes; han confiado en mí y me he sentido muy libre. He aprendido mucho de ellas».
«En el escenario no veo a Pilar, veo un monstruo» (Candela Peña)
Contracciones es un texto que les fascinó a los tres. Una función de ritmo frenético planteada en catorce escenas en las que una jefa (Castro) y su empleada (Peña) se enfrentan en una distopía laboral que explora la creciente invasión de las compañías en la privacidad de sus trabajadores.
Candela y Pilar, grandes amigas, enseguida se olvidaron, como grandes intérpretes que son, de los lazos que las unen en pos de la verdad sobre las tablas. «Es lo más difícil que he hecho en mi vida como actriz», asegura Candela. Y Pilar continúa: «Es que los personajes tienen una gran dificultad. Y encima son opuestos a nosotras».
Entonces, ¿a Pilar Castro le cuesta mandar? Responde por ella su amiga: «Todas tenemos parte de jefa y de empleada. Y ella tiene mucho de jefa, aunque no lo quiera ver. De hecho, en los primeros ensayos me dijo: ‘Me está saliendo una cosa, ya la tengo dentro de mí’… Y yo la veía envalentonadísima». Dice Pilar que, una vez pasados esos primeros ensayos, llegó su primera crisis. «Sentimos cada vez más miedo, porque en un momento dado no nos veíamos sacando esta función adelante». Por suerte, esa situación se superó, cerraron el círculo, y ahora disfrutan cada noche con Contracciones.
«Para nosotras dos, interpretar es una necesidad, como comer» (Pilar Castro)
No puedes menos que reírte cuando Candela confiesa: «En el escenario no veo a Pilar, veo un monstruo». Algo que Castro agradece escuchar: «Tengo mucho respeto al talento de Candela, a ella como mujer, como amiga y como todo. Y reconozco que ha habido días en que escuchaba dentro de mí «creo que Candela piensa que lo estoy haciendo fatal», y se echa a reír. «Fíjate hasta dónde puede llegar tu inseguridad». Efectivamente, las dos coinciden en que este es un reto que les ha puesto enormemente las pilas.
Siendo como son íntimas, cuentan a la par que en el Teatro Pavón no les da tiempo para cotilleos ajenos a la función. «Nos sumergimos cada una en nuestro personaje, porque tienes que estar muy preparada cuando llega la hora de salir a escena», explica Pilar, mientras Candela asiente. Cada tarde, se enfrentan a una distopía de una actualidad indiscutible. «Es una irrealidad súper real», apunta Peña. «Y más que interpretar personajes concretos, aunque también, damos voces a determinadas cosas. Pilar, al sistema, y yo, a un tipo de trabajador concreto: el que traga lo que le echen con tal de no perder su silla«.
¿Han tenido que tragar mucho ellas para no perder un trabajo? Pilar da un sí rotundo, Candela dice que ella no es de tragar. «Soy como Diane de V, la rata se me queda atragantada, y lo que sí me pasa es que me asfixio. Y por no aceptar según qué trabajos, a veces me quedo sin comer». Castro puntualiza su respuesta: «Yo trago, pero en realidad soy culebrilla. Acepto aquello que no me queda más remedio que hacer, pero no con actitud de sometida. Siempre busco la manera de llevar eso a mi terreno».
Candela Peña continúa: «Yo el sistema no lo voy a cambiar, pero al menos quiero sacudirlo un poco. Porque si aceptas según qué condiciones, eres responsable de ciertas cosas que suceden. Pero, claro, no me puedo permtir esa actitud siempre. Hay que comer, y en esos momentos el sistema me castiga». Y su compañera remata: «Es que para nosotras dos, interpretar es una necesidad, como comer».
FOTOS: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
CONTRACCIONES SE REPRESENTA EN EL TEATRO PAVÓN (C/ EMBAJADORES, 9) DE MADRID HASTA EL 19 DE MARZO