Desde que conocimos el macabro asesinato de Edwin Arrieta (44) en Tailandia, los medios se están esmerando en conseguir información veraz que permita trazar un perfil más definido del asesino confeso, Daniel Sancho (29). La primera fuente que arrojó algunas pistas sobre su personalidad fue su perfil de Instagram, cerrado a las pocas horas de hacerse público el crimen. En sus publicaciones el hijo del actor Rodolfo Sancho se mostraba como un vividor: viajero empedernido, amante de deportes como el surf y el esquí, de la fiesta con amigos y también del lujo.
Una semana después de haber saltado la trágica noticia también se han filtrado declaraciones de supuestos familiares, amigos y conocidos del (también supuesto) asesino. Cada uno tiene su opinión sobre Daniel. Hay reseñas de todo tipo: buenas, malas y regulares. Nada nuevo bajo el sol. Era de esperar porque las personas somos poliédricas y las percepciones que tenemos la gente de los demás son fruto de nuestra más absoluta subjetividad.
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Algo un pelín más definitorio podrían ser las últimas filtraciones cibernéticas que han saltado a la luz sobre Daniel. Se han hecho públicos unos tuits de su supuesta cuenta oficial en ‘X’ (antes conocido como Twitter). El perfil @danisanchobanus estuvo activo entre octubre de 2010 y noviembre de 2013 y, de ser suyo, dejarían entrever la forma en la que Daniel se mostraba en redes sociales con apenas 18 años. Han llamado la atención los tuits gordófobos, misóginos, capacitistas y homófobos que escribió entonces y que todavía permanecen publicados en la red social.
“No existe mayor tragedia que una mujer fea”, reitera en varias ocasiones. “Odio a los gordos”, espeta en otra ocasión. “¿Dónde encuentras a un tetraplégico? Donde lo has dejado”, escribía. «Auténticos espasmos, temblores, escalofríos, después de que me saquen sangre. Soy muy gay”, añade poniendo la guinda homófoba al pastel.
Somos conscientes de que nadie se retrata al cien por cien en sus redes sociales, también tenemos en cuenta que estos tuits fueron escritos hace más de diez años cuando la sociedad era más permisiva con este tipo de comentarios asquerosos y, cómo no, podemos imaginar que aquel Daniel Sancho de 19 años puede no tener nada que ver con el actual, que ahora tiene 29 años. Pero igualmente nos parece importante recordar la siguiente idea: todo lo que soltamos en redes sociales queda registrado, dice cosas sobre nosotros y nunca sabemos quién lo va recibir e interpretar. Así que antes de faltar el respeto a nadie, o de soltar perlas que inciten al odio, decide ser amable y no publiques en tus redes comentarios de corte homófobo, machista, gordófobo… Seguro que tú ‘yo’ del futuro lo agradece.
El caso del asesinato de Edwin, que desde el primer momento fue presentado como un posible “crimen pasional”, ha recibido multitud de comentarios homófobos en las redes sociales. Los medios de comunicación tampoco han estado a la altura y han sido altavoz de narrativas que reproducían estereotipos y lenguaje con tintes LGTBIfóbicos. Que este caso nos haga reflexionar y deconstruirnos, todavía tenemos mucho que aprender.