Pablo Picasso: el eco que no cesa (en Málaga)

Temas: Arte, Pedro Almodóvar

 

El Museo Picasso de Málaga continúa celebrando los cincuenta años del fallecimiento del genio español Pablo Picasso a lo grande,  y lo hace tendiendo puentes con el hoy: una muestra que incluye a un nutrido grupo de artistas contemporáneos claramente influidos por la libertad de miras del mayor renovador del arte del siglo XX.

Que Pablo Picasso influyó a todos los artistas de su generación, fueran estos cubistas, surrealistas, futuristas o fauvistas, e incluso a los realistas, es un hecho histórico. Que él mismo fue influido por los artistas que conoció –sobre todos amigos suyo como Braque, Cocteau o Giacometti– y que incorporó los aspectos que de ellos le interesaban a sus propios trabajos, es también vox populi, y ha sido objeto de exposiciones, algunas recientes en el mismo Museo Picasso, con su glorioso análisis de la escultura picassiana.

Pero lo más agradable de este gran repaso histórico a la influencia de Pablo Picasso sobre el arte es su cronología: va desde sus coetáneos tardíos hasta prácticamente hoy. Es decir, describe un largo ciclo temporal que va desde aproximadamente los años cincuenta del siglo XX hasta hoy, estableciendo cómo, generación tras generación, nadie ha olvidado al pintor malagueño, y aún se tienen muy presentes sus aportaciones y su gran libertad creativa y discursiva en el mundo del arte.

El eco de Picasso, comisariada por Éric Troncy, escoge a grandes maestros como Francis Bacon, Martin Kippenberg o Marie Lassnig, que reconocieron la influencia picassiana, y coloca a otros que son una evidente sorpresa.

Lo hace, inteligentemente, a través del diálogo de piezas: es decir, poniendo en sala pinturas de Picasso con obras de otros autores posteriores –lo conocieran o no en vida– como Georg Baselitz, Wilhem de Kooning, Franz West, Philip Guston… e incluso Jean Michel Basquiat o nuestro Pedro Almodóvar en su última colaboración con Jorge Galindo. De hecho, la presencia de artistas abiertamente gais y de entornos culturales y raciales distintos a Europa refuerza esta característica universal de la obra de Picasso en la era de la globalización.

La parte más interesante, y quizá más polémica (sin buscarlo), es la relación con las artistas femeninas y la influencia de su trabajo en ellas, dado que el pintor hoy es acusado de ciertos comportamientos misóginos (sobre todo con sus amantes).

El trabajo de grandes nombres como Louise Bourgeois, que lo trató, pero de otras similarmente combativas como Sarah Lucas, Eva Juszkiewicz o Farah Atassi, se junta con otras artistas más formalistas como Sarah Morris, Cristina de Miguel o Genesis Tramaine, y establece que, en términos puramente visuales, su herencia es innegable y tiene poco de reprochable: liberó las formas de una manera que aún permite a los artistas exprimir al máximo su imaginación.

El eco de Picasso se puede visitar en el Museo Picasso de Málaga (Palacio de Buenavista. San Agustín, 8) hasta el 31 de marzo de 2024. Más información en museopicassomalaga.org