Cobrah, el 10 de febrero en Razzmatazz: "La desnudez es hermosa"

Temas: Entrevista, Razzmatazz

Pillamos a Cobrah en su Estocolmo natal recién hechas las uñas para continuar su gira que le traerá a Barcelona el 10 de febrero a Razzmatazz. «Hace un frío tremendo», dice. «Así que deseando regresar a Barcelona, que no la visito desde que era una niña, cuando me llevaron mis padres». Mucho ya llovido desde entonces.

Hace cinco años nació su alter ego artístico, que vio la luz cuando se entregó a su gran pasión, la música, y desarrolló otra gran pasión de la que hasta entonces no era consciente: la de actuar enfundada en látex en clubs de sexo. Se convirtieron en los templos en donde comenzó a dar a conocer su pop electrónico, el que la hace brillar en su más reciente EP, Succubus. «Ahora ya no soy de salir mucho por la noche a clubs», confiesa. «Con las giras mundiales en que me embarco ya no me da el cuerpo para hacerlo».

Cobrah es una apasionada de la performance, y en sus vídeos y en sus shows en vivo da rienda suelta a todas sus fantasías, de alto voltaje sexual. «Es mi manera de materializar todo lo que deseo y hacer realidad todo aquello que se me pasa por la imaginación», explica. «Así que no es tanto un alter ego que solo sale a la luz cuando actúo, tiene mucho que ver con quien soy en mi día a día». A juzgar por su música, es muy evidente que le apasiona el pop electrónico con un fuerte componente sexual. «Me encanta explorar el idioma del sexo y ciertas estéticas relacionadas con el erotismo; cuanto más oscuras, mejor».

«Me encanta explorar estéticas relacionadas con el erotismo; cuanto más oscuras, mejor

El universo fetish de Estocolmo supuso todo un descubrimiento para ella hace unos años, y Cobrah encontró un hábitat en el que desarrollarse como artista, desde el más puro underground. «Me fascinó, es un mundo fascinante. Comencé a explorarlo y me di cuenta de que encajaba a la perfección con mi música», explica la artista sueca. «Sentí que hablábamos el mismo idioma. Son lugares seguros que explorar, habitados por personas a las que le gusta divertirse sin complejos y jugar sin poses; y así soy yo».

Su imagen es realmente importante para Cobrah, «tanto como la música que hago». Y asegura que cuando está componiendo en el estudio ya empieza a fantasear con los looks con que interpretará las canciones que va creando. «Me inspira mucho todo lo que imagino a la hora de crear la música. Porque los universos que imagino necesitan sonidos que encajen en ellos«.

No solo en el estudio le vienen a la mente los imponentes looks que son marca de la casa, «a veces los visualizo cuando voy a dar un paseo o me estoy dando una ducha. Nunca me esfuerzo, aparecen en mi cabeza en cualquier momento random«. Y en muchas ocasiones, la inspiración le dice que lo que tiene que hacer es, directamente, aparecer desnuda. «No busco provocar con ello», asegura. «Lo que busco siempre es crear algo hermoso. Y la desnudez es hermosa. Dada la historia que cuento en mi último EP, centrada en la naturaleza femenina, tiene sentido que en ocasiones haya aparecido desnuda. No fue algo que me planteara con premeditación y alevosía. Si lo hago es por gusto».

«Mi música es hipersexual, algo que mis fans LGTBIQ+ aprecian»

Lo que tiene claro es que no piensa dejarse amedrentar en estos tiempos que corren, en que las tendencias más conservadoras continúan ganando visibilidad. «Mi cuerpo es mío, y si utilizo un lenguaje sexual y me apropio de la vulgaridad, es porque me inspira. Mi música es hipersexual, algo que mis fans LGTBIQ+ aprecian, y me lo han hecho saber desde que empezó mi carrera. Porque aprecian de verdad las referencias BDSM que manejo desde un punto de vista artístico, y les divierten tanto como a mí». A día de hoy, embarcada en una gira mundial por festivales y clubs, lo que ya no ve factible es volver a actuar en clubs fetish. «Lo echo un poco de menos, porque ahí están mis orígenes, pero con la agenda que tengo es impensable», afirma. «Pero es un mundo que me seguirá inspirando, eso sin duda».

 

COBRAH ACTÚA EL SÁBADO 10 DE FEBRERO EN RAZZMATAZZ (BARCELONA)