María Pizarro, nacida en Barakaldo hace 30 años, es una artista de lo más inquieta (multitasking, como dice ella). Muy comprometida con la creación, y apasionada del riesgo, ama aprender continuamente y enfrentarse a nuevos retos, ya sea como actriz, bailarina, directora o escritora (del trabajo con su propia compañía ha nacido su primer texto teatral, Las protagonistas).
Ahora mismo está inmersa en El teatro de las locas, escrita y dirigida por Lola Blasco (Premio Nacional de Literatura Dramática), que se representa en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero, en el Centro Dramático Nacional. «No sabes cómo disfruto transitándola», asegura. «Cada día más, porque después del periodo de ensayo, cada día, con el público enfrente, aprendo algo nuevo sobre mi personaje».
«Me gusta mucho hacer cosas distintas, no estar parada»
El teatro de las locas viene a recordarnos que no ha pasado tanto tiempo desde que el médico Jean-Martin Charcot utilizaba a pacientes diagnosticadas como ‘locas’ para experimentar con ellas frente a un público. Algo hay de metaficción en una obra que tiene mucho de denuncia y reivindicación política. ¿Por qué históricamente la locura se ha asociado a lo femenino? ¿Por qué el teatro ha contribuido a asentar una imagen muy concreta de la locura a través de vivencias de mujeres? «Me fascina cómo trata Lola este tema. El suyo es un texto riquísimo, con muchas capas, que trata un tema muy complicado, con situaciones muy duras, con una clara vocación crítica, política. Y lo más llamativo es que lo hace desde la comedia«, explica.
María Pizarro alaba la capacidad de la dramaturga y directora alicantina para huir de los clichés a la hora de mostrar a esos personajes supuestamente locos, histéricos, que protagonizan la función. «No va a lo fácil, a lo que se asocia a la locura en el imaginario colectivo, no estigmatiza». Confiesa que le encanta llevarse aprendizajes de sus proyectos a su vida personal, para replantearse ideas preconcebidas o buscar nuevas perspectivas en base a cuestiones sobre las que reflexiona preparando sus personajes. «Me ha llevado a replantearme muchas cosas, y no solo a nivel profesional, porque a mí todos los procesos me ayudan para mi vida. Porque te das cuenta de que en ocasiones prejuzgas y colocas unas expectativas en el proyecto que te impiden abrirte lo suficiente. Cuando trabajas en un proyecto tan especial, con un texto increíble, empiezas a repensar muchas cosas y a sacar todo el partido posible a este aprendizaje».
«La locura se ha asociado siempre a lo femenino y a lo disidente»
En esta obra, Lola Blasco muestra a un grupo de personajes encerrados, en una situación de vulnerabilidad absoluta, como la que sufrían aquellos pacientes del doctor Charcot que se enfrentaban a una serie de torturas y maltratos en público, «como si fuera un freak show. De ahí la metateatralidad de este espectáculo». Junto a Pizarro, están en el reparto Alda Lozano, Nieves Soria, Pepa Zaragoza y Alberto Velasco, con el que, curiosamente, ha colaborado ya en diversos proyectos («también soy ayudante de dirección en el nuevo en el que ya está trabajando»). Dice de él: «Es un regalo, porque además ser amigo, es de las mejores personas que me he encontrado en el ámbito profesional. Me parece importante y acertado que él sea el único hombre en esta obra, por diversos motivos».
Un hombre rodeado de mujeres, tradicionalmente señaladas como ‘locas’ e ‘histéricas’. «Está muy bien recordar una historia como esta para que no se repita», señala. «Es verdad que la locura se ha asociado siempre a lo femenino y a lo disidente, a todas esas personas que no formaban parte de lo que se estipulaba como ‘normal’, incluidas mujeres lesbianas y también hombres gais. Es algo que seguimos viendo, desgraciadamente. Por eso es importante que reivindiquemos con esta obra la diferencia, la disidencia y lo no normativo».
Otro proyecto reciente en el que María Pizarro está involucrada es el cortometraje Transición, dirigido por David Velduque. Una producción de Neurads en colaboración con Apoyo Positivo, en cuyo reparto le acompañan, entre otres, Celeste González y Zack Gómez, que se verá en el próximo Festival de Málaga. «Es otro proyecto que me ha movido muchas cosas», confiesa. «Trabajar con Celeste y Zack ha sido increíble, hacen un trabajo maravilloso». Y le enorgullece ver cómo se ha enfocado en este corto el tema trans. «Se habla de ello sin hacer hincapié, se refleja a una persona trans sin que la trama gire en torno a eso. El corto se centra en un tema universal que nos atañe a todes, vehiculado a través de dos personajes trans, sin tener que justificar que lo son, y utilizando el género de terror, una herramienta fascinante».
Cuenta Pizarro que, aunque se siente my cómoda trabajando como actriz y bailarina, también le ha cogido el gusto, por ejemplo, a dirigir, como hace con su compañía Las protagonistas. «Me gusta mucho hacer cosas distintas, no estar parada», explica. Me siento un poco mujer renacentista, como me dice mi hermana, y no solo por mi físico«, dice entre risas. «Me encanta aprender. Adoro interpretar, pero también me encuentro muy bien escribiendo y dirigiendo. Estoy en un momento en que siento que me gusta mucho trabajar desde fuera, en la parte de atrás, sin estar en el punto de mira. Es maravilloso poner el foco en otra gente que considero más interesante que yo… Y es que también soy un poco voyeur«.