El Pride de Tel Aviv te recibe con los brazos abiertos

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Aún con la resaca del triunfo de Netta Barzilai en Eurovisión 2018, nos dirigimos a la misma ciudad donde reside la cantante israelí para vivir en primera persona su famoso Pride. Tel Aviv es uno de los principales núcleos políticos, económicos y culturales del país; un enclave único bañado por las cálidas aguas del Mediterráneo en el que nadie se negaría a perderse durante unos días. La cosmopolita ciudad puede presumir de ser una de las más abiertas de Oriente Medio, un carácter que queda perfectamente reflejado durante la celebración de su Orgullo, uno de los más importantes del calendario, a cuya cita acuden cada año más de doscientas mil personas provenientes de todas partes del mundo.

Muchos son los prejuicios que algunos tienen acerca de Israel y las polémicas en cuanto a sus conflictos políticos y, aunque es innegable la existencia de los mismos, el ambiente que se respira entre sus calles y con su gente es muy distinto al que algunos podrían imaginar. Tel Aviv te recibe con respeto y tolerancia. No solo respecto a culturas y religiones, sino también en lo que a diversidad sexual se refiere.

Varios días antes de la celebración del día grande de su Pride –el pasado viernes 8 de junio– ya se podían ver cientos de banderas LGTB en bares, restaurantes, tiendas, balcones…, e incluso en su parque acuático, donde se celebró una de las fiestas más refrescantes del programa del Orgullo. La ciudad se viste de arcoíris cada año para manifestar el mismo sentimiento con el que ya marcaron un antes y un después hace veinte años con el triunfo de Dana International –la primera y única transexual en ganar Eurovisión–. Vayas donde vayas, encuentras siempre brazos abiertos, ya sea por los barrios más modernos del centro de la ciudad, en la pintoresca zona de Jaffa –la parte más antigua situada al sur de Tel Aviv– o en sus muchas playas, entre las que se encuentra la LGTB por excelencia: Hilton Beach.

Precisamente fue en sus playas donde el 8 de junio se vivió con más intensidad su Gay Parade, una marcha que se inicia a las 10 de la mañana en el Meir Park con cientos de miles de personas, y que desemboca en su paseo marítimo, desde donde empiezan a desfilar las numerosas carrozas.

Gays, lesbianas, trans, heterosexuales, israelíes, estadounidenses, suecos, italianos, españoles, grupos de amigos, familias de todo tipo… Personas diferentes entre sí se unen este día con el objetivo de defender el ser quienes realmente son. Bajo el abrasador sol de Israel, pero siempre con mucha agua, todos se dirigieron al gran escenario que esperaba al final del recorrido, ubicado en el parque Charles Garden. Por ahí pasaron algunos de los cantantes más conocidos del país, una larga lista a la que no dudó en sumarse la estrella israelí del año: Netta.

La artista que además hizo doblete esa misma noche en la gran fiesta Forever Tel Aviv Main Event, que albergó el Centro de Conferencias de la ciudad, donde volvió a actuar delante de miles de personas.

La defensa de los derechos del colectivo LGTB no solo se evidencia en estos grandes eventos multitudinarios, y son muchas las organizaciones que luchan cada día por avanzar paso a paso en Israel. Y es que, aunque en la práctica nos encontramos con uno de los países más abiertos del continente, en la teoría aún queda mucho camino por recorrer. Lugares como el Gay Center de Tel Aviv, un espacio en el que todas las personas pueden informarse y sentirse seguras independientemente de su edad, raza o sexo, ayudan a avanzar en este aspecto gracias al compromiso de sus numerosos voluntarios, quienes trabajan cada día por hacer de Tel Aviv un lugar mejor, acorde a la energía que desprenden sus calles.

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Una ruta por Israel

Una vez visitas Tel Aviv, es imperdonable no descubrir otros de los numerosos tesoros que alberga Israel. Por eso, tras disfrutar varios días de la ciudad, nos pusimos rumbo al desierto de Judea, cuyas altas temperaturas no nos impidieron continuar con el espíritu del Pride. A unos pocos kilómetros encontramos el famoso Mar Muerto, el lugar más profundo de la superficie terrestre, a 430 metros por debajo del nivel del mar. No importa cuánto intentes sumergirte, flotar sobre sus cálidas aguas es inevitable a causa de la alta concentración de sal.

Una vez refrescados, subimos a las alturas en un teleférico para descubrir el yacimiento arqueológico de Masada, donde se encuentran los restos de palacios y fortificaciones de la época del rey Herodes. Y como colofón a este inolvidable viaje por el país, no hay nada como acabar en su capital: Jerusalén.

Es una de las ciudades más antiguas del mundo, y la más grande y poblada de Israel. En ella conviven las tres religiones abrahámicas más importantes, el judaísmo, el cristianismo y el islam; y alberga monumentos y rincones históricos como el Muro de las Lamentaciones, el Monte de los Olivos, el Monte Sion o la Iglesia del Santo Sepulcro.