Ly Raine es una artista urbana, bisexual y valenciana cuya apuesta musical más potente hasta la fecha es su recién editado EP Ultravioleta. Su apuesta por la diversidad musical y la visibilidad LGTBIQ+ han estado ahí desde el principio de su carrera, y ahora que cuenta con el altavoz que le proporciona una multinacional (Universal) aprovecha para que su mensaje llegue cada vez más lejos y con más fuerza. «Siempre me he mojado», afirma, «y siempre desde el respeto. Salvo cuando un tonto me llama cosas como ‘bollera de mierda’, ahí está claro que me voy a defender. Me nace hablar abiertamente de todo aquello que me afecta«.
SHANGAY ⇒ ¿Sientes que empiezas una etapa nueva en tu carrera (además con el apoyo de una multinacional) con Ultravioleta?
LY RAINE ⇒ Sí, porque supone un salto de calidad enorme, a todos los niveles, con respecto a Superego, mi anterior EP. Cuento con más personas en mi equipo, y lógicamente los papeles se reparten mejor y todo se cuida más, porque se me escucha en todo momento. Que una multi apoye por tu proyecto se agradece, claro.
«No entiendo a las artistas urbanas del colectivo que no son capaces de dirigirse en sus letras a otra mujer»
SHANGAY ⇒ No has querido salir en la portada… ¿Por qué?
LY RAINE ⇒ Me encanta esa hada rara en 3D que aparece, con rollo tribalero… Y hemos podido incorporar a la portada muchos detalles que tienen que ver con las canciones que incluye. Para el concepto que he manejado, aporta mucho más el rollo 3D que una foto mía chula, me resulta una movida más misteriosa.
SHANGAY ⇒ La apuesta audiovisual es importante, además, con los vídeos y los visualizers que has creado para todos los temas. Y ojo, hasta peluca morena incluida en el clip de Dos versiones…
LY RAINE ⇒ [Risas] Ahí también hemos dado un salto de calidad muy grande, y me alegra que se note. ¡Lo de la peluca ha sido impactante hasta para mí! Gente de mi equipo me decía «no voy a olvidar nunca el verte así». Cuando me vi, pensé «pues no me queda mal» [risas]. Pero yo soy muy de mi pelo largo; en ese sentido soy presumida, ni de coña me lo tocaría.
SHANGAY ⇒ Has apostado por tocar varios estilos distintos en Ultravioleta…
LY RAINE ⇒ Es que me aburro con facilidad. No puedo hacer solo trap, solo reguetón o solo pop. Respeto a los artistas que trabajan así, pero a mí me pone experimentar. Me meto en el estudio con la única intención de pasármelo bien, y tengo la suerte de trabajar siempre con mi colega Pauet en la producción. En este EP predomina un poco la electrónica, y es por casualidad, no era algo premeditado. Si me hubiese dado por grabar una cumbia, da por hecho que habría pasado. Mi propósito es hacer música y punto.
SHANGAY ⇒ ¿Celebras que cada vez haya una mayor visibilidad bisexual en la escena urbana?
LY RAINE ⇒ Claro. Estoy harta de que me llegue alguien y más que preguntar, afirme: «¿Tú eres lesbiana, no?». ¿Quién te ha dicho a ti eso, capullo? He estado con chicos y he estado con chicas, soy bisexual. Ahora llevo con mi novia cinco años, pero ¿quién me dice a mí que no voy a volver a estar en algún momento con un hombre? Por eso me parece tan mal que se te juzgue, quizá por tu imagen, o yo qué sé, y se dé por hecho que tengo que ser bollera. No es algo que se deba asumir. Porque cuanto más libres seamos, mejor.
«No puedo hacer solo trap, solo reguetón o solo pop; mi propósito es hacer música y punto»
SHANGAY ⇒ En el vídeo de París protagonizas una historia lésbica, otra apuesta por la visibilización…
LY RAINE ⇒ Sí, eso tenía que estar, porque no es algo que vea habitualmente. Los que lo hacemos somos locos pero locos. La chavala con la que lo rodé era majísima, y también bisexual, fue todo muy cómodo. Me daba miedo que la actriz fuese hetero y no comprendiese a dónde quería llegar con el vídeo. Se hizo un buen trabajo de casting.
SHANGAY ⇒ ¿Se puso celosa tu novia [la cantante del grupo de rap IRA]?
LY RAINE ⇒ Por respeto, le conté todo y le pregunté si le molestaría, pero qué va. Si al final no grabamos un beso no fue por ella, sino porque yo, en el fondo, soy vergonzosa, y lo tiré para atrás [risas].
SHANGAY ⇒ La vuestra es una relación sólida…
LY RAINE ⇒ Llevamos cinco años ya. Hay gente que se queda loca cuando se entera. La nuestra es una relación a distancia, tenemos mucho espacio, porque vive en Madrid y yo en València. Cuando quedamos, tenemos muchas ganas de vernos. Cuando llegó la cuarentena, pensamos «ahora todo el mundo va a sentir lo que vivimos nosotras normalmente».
SHANGAY ⇒ ¿No te planteas mudarte a Madrid?
LY RAINE ⇒ Claro que me lo he planteado. Pero si ya en València los alquileres están caros, ni te cuento en Madrid… No me voy a meter en un zulo de diez metros cuadrados y que me claven 700 euros, no me da la gana. No es por dinero, que también; es sobre todo por dignidad. No te pido tener piscina, ni que esté en el centro, pero no quiero vivir en un trastero.
«No me voy a meter en un zulo en Madrid de 10 metros cuadrados y que me claven 700 euros. Es por dignidad»
SHANGAY ⇒ ¿Vives de la música?
LY RAINE ⇒ A día de hoy, no. Tengo mis trabajitos por ahí… He tenido la suerte de que algún tema mío ha tirao, y eso ayuda mucho. Y además soy una persona muy ahorradora. Vivir de la música sería un puntazo. No te digo a nivel Rosalía, tampoco hace falta. Conozco a gente que vive de ella sin ser megaconocida, y eso también me parece un puntazo. Hay tantas posibilidades distintas…, y todas tienen su aquel.
SHANGAY ⇒ Otra artista urbana, también valenciana, que hace gala de su bisexualidad es Metrika, con la que, además, ya has colaborado…
LY RAINE ⇒ Es majísima. Empezamos a hablar por redes, y así surgió lo de hacernos una colabo. Trabajar con ella fue superfácil, y creo que se nos ha quedado pendiente hacer algo más juntas. Su visibilidad es genial; es que es una reina, lo dice en sus canciones siempre que puede, porque no se calla nada. No como otras artistas urbanas, que se sabe que son del colectivo, pero no son capaces de dirigirse en sus letras abiertamente a otra mujer, si surge. Entiendo que puede haber condicionantes, y no todo el mundo está listo para hablar de ello abiertamente, pero, lógicamente, ese no es mi caso. Yo, desde luego, nunca he tenido problema en hablar de chicas en las mías. Ahora, claro, todas se las dedico a mi churri.
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