Por séptimo año consecutivo, Córdoba ha celebrado el festival FLORA, reconocido como el evento más destacado de arte floral contemporáneo y botánico a nivel mundial. Con un extenso programa multidisciplinar que incluye casi cien actividades, el festival busca acercar al público a la naturaleza desde diversas perspectivas y disciplinas, como el arte, la música, la danza, el cine y la artesanía.
El acto central es la presentación de impresionantes instalaciones florales, creadas por cinco renombrados artistas internacionales y exhibidas en algunos de los patios institucionales más emblemáticos de la ciudad. Estas obras, junto con las numerosas actividades programadas, han atraído a un numeroso público, al que se ha pretendido transmitir un poderoso mensaje de sostenibilidad. Como destacó Emilio Ruiz Mateo, director artístico de FLORA, esta sostenibilidad no solo abarca el cuidado del medio ambiente –una lucha tan compleja como vital– sino también la generación de talento.
A cada artista se le asigna un patio y los recursos necesarios para ejecutar sus obras, que visitamos en la primera etapa de nuestro viaje. Los participantes este año han sido: This Humid House (Singapur), Emily Thompson (Estados Unidos), Coyote Flower (Canadá), Eugenio Ampudia en colaboración con Alejandro Banegas (España) y Carolina Ruggaber (Alemania).
Con la interacción entre especies como eje temático, la propuesta de This Humid House ha sido la que, a ojos del jurado, ha conseguido reflejar esta premisa de una forma más contundente. La intención de su obra, elaborada con restos de podas, es dar cobijo a aves e insectos, los grandes polinizadores que mantienen la habitabilidad del planeta.
La estadounidense Emily Thompson, con su instalación en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba, ha sido la finalista por su «excepcional ejecución, belleza y ambición», según el fallo del jurado.
GANADOR
FINALISTA
Después de disfrutar de las impresionantes obras que «desbordan» los espacios asignados, tuvimos el privilegio de compartir una comida con los artistas, que pudieron explicarnos sus creaciones, así como el proceso de elaboración. El delicioso banquete tuvo lugar en Bodegas Campos (C/Lineros, 32), un referente gastronómico y cultural de la ciudad no solo por su exquisita cocina, sino por el impresionante espacio que ocupa, con diferentes salones y patios que reflejan la esencia de la ciudad.
Finalmente, el jurado de esta edición, formado por Lucía Casani, directora general de la Fundación Daniel y Nina Carasso en España; Disbel Roque, artista visual; y Tadao Cern, ganador del I Premio Flora en 2023, desveló los premios de esta edición en una fiesta organizada en la Sala Orive, una dependencia del convento de San Pablo reconvertida en sala de exposiciones.
Córdoba es, sin duda, una ciudad con numerosos atractivos, y su vinculación con las flores es de sobra conocida. Con este festival, dicha vinculación se hace aún más patente, pues acerca el arte floral de mayor nivel mundial al visitante.
El punto final de esta edición será mañana viernes con la tradicional Guerrilla FLORA, en la que, por primera vez, una selección de floristerías cordobesas –junto con integrantes de los colectivos sociales– ha creado instalaciones florales efímeras con los restos vegetales generados por los participantes en este fabuloso festival.
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