Llega a la redacción de Shangay Sofia Coll a primera hora con una energía desbordante. Y eso que asegura que le cuesta arrancar por las mañanas. Un té y lista para charlar, aunque reconoce que, dada la situación que se vive en València, le cuesta desconectar de la tragedia resultante de la DANA y centrarse en hablar de su música.
Dice mucho de Sofia Coll ese compromiso, que está utilizando sus redes, siempre que contrasta las informaciones, para compartir todo aquello que pueda servir de ayuda a las personas afectadas. «No podemos olvidarnos de ellos, aunque vayan pasando las semanas», afirma mientras se retoca su pelo multicolor, que se ha convertido en una de sus señas de identidad a nivel de imagen. «Me da alegría vérmelo, me ha ayudado a desinhibirme. Me recuerda que siempre puedes ser quien quieras ser. Y me encanta cómo me miran los niños por la calle, piensan que soy como un gran dibujo animado», dice riendo. «Al final, veo que por fin soy lo que soñé de pequeña, es bonito».
SHANGAY ⇒ ¿Cuándo sentiste que por fin empezabas a ser esa mujer que soñaste?
SOFIA COLL ⇒ Cuando me vine a vivir a Madrid [ahora ha vuelto a Barcelona] hace tres años. Siempre he tenido mucho diálogo conmigo misma y he hecho hincapié en no juzgar mis pensamientos y cuestionarme todo. La búsqueda ha sido constante. Me crié en El Raval, donde hay de todo, y enseguida ves que no hay necesidad de juzgar a nadie. Antes era esta persona rubia, absolutamente dentro de los cánones estéticos establecidos. Era lo que sentía que se esperaba de mí, pero no me sentía cómoda en esa piel. Cuando tuve cierta estabilidad económica, que es todo un privilegio, fue cuando decidí dar el paso, experimentar y mostrarme como me sentía al cien por cien; si no me contrataban ya por ser un circo, pues nena, no me iba a preocupar, y seguí trabajando, incluso más. Es fuerte que muchas veces las limitaciones nos las pongamos nosotras mismas.
SHANGAY ⇒ Desde nuestra anterior entrevista pre Benidorm Fest han pasado muchas cosas…
SOFIA COLL ⇒ ¡Qué fuerte, tía! Ha pasado el Benidorm Fest, he grabado una segunda temporada de Èpic Nails [un talent show que presenta, y que emite 3Cat], que se va a emitir ahora; he terminado mi próximo EP, he publicado dos singles, estoy trabajando en los directos para el año que viene, me he mudado a Barcelona con el churri… Han sido meses locos pero intentando to be grounded again. Porque me obsesiona tener tiempo para estar conmigo misma, preguntarme cosas, reflexionar, ver las cosas con perspectiva y reubicarme. Porque a raíz del Benidorm Fest todo empezó a ir a cincuenta mil revoluciones por minuto.
«Es fuerte que muchas veces las limitaciones nos las pongamos nosotras mismas»
SHANGAY ⇒ ¿Qué poso te ha dejado tu paso por el festival?
SOFIA COLL ⇒ Me he llevado gente chulísima y un público que antes no me conocía, que me hace sentir su cercanía y que está pendiente de todo lo que hago, lo que me alegra un montón. Aprendí mucho gracias a ese check. Con las posibilidades que tenía, siendo un proyecto autogestionado, lo hice lo mejor que pude. Siento que es una experiencia que ha sumado.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo es que solo has publicado dos singles desde Here to Stay [Q no y el reciente DisTorsioNadA (lalala)]?
SOFIA COLL ⇒ He estado haciendo un montón de música, pero ahora trabajo con un equipo más grande, y no soy la única que toma decisiones; ha sido un año de reubicación y de reaprender. Tengo muchas ganas de sacar más cosas. Ya puedo avanzar que en diciembre saldrá otra canción, y después, ya el EP. Así que no os preocupéis [risas]. Si las que he publicado este año han salido tan bailables es porque me ha salido así; al fin y al cabo, mi lenguaje es el del pop, y quería que esos lanzamientos tuviesen coherencia con la canción del Benidorm Fest. Soy muy de tirarme para arriba, ser positiva y mirar siempre el lado bueno de las cosas, y mi actual música, que además la considero terapéutica, lo representa.
SHANGAY ⇒ ¿Te has sentido muy distorsionada en estos últimos meses?
SOFIA COLL ⇒ La verdad es que sí. Siento que siempre estamos distorsionados, porque cada cual vive en su mundo, ve la realidad a su manera y la defiende como si fuese una verdad absoluta. Debemos defender nuestra realidad, sí, pero también hay que escuchar la de los demás, aunque con un sentimiento crítico. Ese es el mensaje de la canción: puede que esté distorsionada, pero estoy en paz. Si tú prefieres pensar que estoy loca, allá tú [risas].