El pasado miércoles conocimos la decisión del Tribunal Supremo de Reino Unido que limitaba la definición legal de mujer a las personas con vagina, excluyendo así a las mujeres trans y calificando a los hombres trans y otras personas transmasculinas como mujeres. Por si la noticia no fuera lo suficientemente desoladora, varias mujeres se concentraron a las puertas del Tribunal Supremo para celebrar la sentencia. Sin embargo, en pocos días se ha demostrado que son muchas las personas de todo el mundo que se oponen a esta sentencia.
En menos de 48 horas, asociaciones trans británicas congregaron a miles de personas en la plaza del Parlamento de Westminster, el pasado 19 de abril, para exigir que el Gobierno de Reino Unido proteja los derechos de las personas trans.
Además de los manifestantes, celebridades del país y de todo el mundo han utilizado sus redes sociales para demostrar su apoyo a la comunidad trans. Nicola Coughlan (Los Bridgerton) ha puesto en marcha un crowdfunding para la asociación trans Not A Phase. En menos de una semana, ha recaudado más de setenta mil libras, lo que iguala la cantidad que J.K Rowling donó a For Women Scotland, la plataforma transexcluyente que está detrás de la sentencia del Tribunal Supremo.
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En España, muchos artistas y celebridades han expresado su malestar. “Ni un día sin ver cómo esta podredumbre de políticas basadas en el odio y la persecución a nuestra comunidad se extienden como la pólvora por todo el mundo. Como si atacar a un colectivo vulnerable fuera a solucionar la precariedad, la violencia machista y todos los problemas que atraviesan a la población”, escribía en su Instagram Samantha Hudson.
La actriz y cantante Jedet también publicaba un texto en sus historias: “Vosotros no sabéis lo que es despertaros cada día con una nueva noticia que dice que están borrando tus derechos. No sabéis lo que es vivir con el miedo constante de que una ley elimine tu existencia legal, tu protección, tu dignidad. (…) Y lo más duro: mucha gente que dice ser aliada, que presume de tener ‘amigas trans’, calla cuando más necesitamos su voz. Callan por comodidad. Por cobardía. Y eso también es violencia”.
Por su parte, Yenesi denunciaba que los medios de comunicación “utilicen” a la comunidad trans “para hablar de supuestos intentos de fraude de ley, dando voz a cuatro imbéciles haciendo el paripé de cambiarse de género en el DNI” en vez de “hablar de los homicidios de mujeres trans, que se repiten constantemente”. Y añadía: “Creo que abrir ese tipo de debates absurdos alimenta ese odio que está cobrando la vida de muchas de nosotras”.
“Estas decisiones que están aplaudiendo las feministas transexcluyentes, con J.K. Rowling a la cabeza, va a ser un bumerán que se volverá contra ellas con más fuerza. Porque primero serán las mujeres trans pero luego vendrá el considerar a las mujeres cis inferiores a los hombres e incapacitadas para ciertos puestos. El hombre a trabajar y las mujeres a limpiar. Como toda la vida. No se dan cuenta, pero están allanando el camino a los discursos esencialistas que servirán como argumento para devolver a las mujeres al penúltimo escalafón social”, recuerda el escritor Carlos Barea.
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