Casi tres años después del lanzamiento de su primer álbum, Tiene que ser para mí, Natalia Lacunza acaba de publicar Un castigo, el primer adelanto de su segundo disco. Un trabajo que saldrá a la luz este 2025, y que promete volver a las raíces de la pamplonesa: un pop melódico y vulnerable.
Lacunza ha querido contar con el artista guatemalteco-mexicano Jesse Baez para este primer single, que es una clara muestra de su evolución como compositora y cantante, con una letra más madura y emocional.
Portada de Un castigo
La producción de Pau Paredes y Pau Riutort, que mezcla el pop electrónico y un R&B atmosférico, consigue crear un ambiente íntimo en el que las voces de Lacunza y Baez brillan. Además, este sonido melancólico casa a la perfección con la letra que explora la pérdida y el desamor.
La canción retrata el momento central del duelo, en el que la persona más importante acaba de desaparecer de tu vida. Una pérdida que te hace plantear si todo el amor que has dado era real y sigue vivo dentro de ti, si todo lo vivido no era más que una ilusión. El lanzamiento de Un castigo viene acompañado de un videoclip dirigido por Héctor Herce, que ya había trabajado con Lacunza en Muchas cosas. La tristeza se vuelve física en este vídeo cargado de simbolismo, en donde priman los colores blanco y negro.
Había muchas expectativas por este nuevo tema, ya que los últimos trabajos de la extriunfita se acercaban más a la electrónica, y sus fans echaban de menos esa Natalia más íntima. Pero Un castigo no ha defraudado, y ese sonido más cercano a Tiene que ser para mí ha despertado la nostalgia de sus seguidores, que tienen cada vez más ganas de escuchar el nuevo disco de la pamplonesa.
