Hace unos días, el futbolista Pedro Rodríguez –que jugó durante años en el Barça y ganó con la selección española el Mundial de 2010– compartía unas imágenes del cumpleaños de su hijo Marc en su Instagram. En las fotos se puede ver al menor con una corona y un vestido posando muy sonriente junto a una tarta de Lilo y Stich. Tristemente, la publicación del futbolista se ha llenado de comentarios homófobos.
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“¿¿Niño o niña??”, “Así es como se empieza”, “La peor pesadilla para un padre”, “Aún estás a tiempo de recuperar a tu hijo, no te rindas con él” y emoticonos de vómito son algunos de los mensajes que ha recibido Pedro en el post, que le han llevado a desactivar los comentarios.
Afortunadamente, muchos usuarios también han dejado mensajes positivos en los que, además de felicitar al niño, celebran la educación que está recibiendo por parte de sus padres. “Muchas felicidades Marc! Aún no eres consciente de los padres tan maravillosos que tienes”, escribía la colaboradora de televisión Amor Romeira.
La reflexión de Roy Galán
El escritor Roy Galán también quedó impactado por la ola de comentarios homófobos que recibió el hijo del famoso futbolista, y dedicó uno de sus publicaciones de Instagram para reflexionar sobre lo ocurrido. “La vergüenza es uno de los métodos de control más efectivos que hay puesto que se experimenta en privado pero se construye en lo público. Funciona así como un límite de velocidad impuesto a la vida. El sentimiento de vergüenza social (¿qué van a pensar de nosotros?) ha hecho que muchos (demasiados) padres y madres antepusieran los deseos o gustos de sus propias criaturas”, escribía.
“Cuesta entender que haya gente que prefiera ver a sus hijos desgraciados que felices, que prefieran proyectar nuestras miserables fantasías de masculinidad o feminidad rígidas en cuerpos y existencias que no tendrían por qué cumplir con sus exigencias. Nadie tendría que estar forzado a representar una imagen clara y exacta de sí mismo para no perturbar a los demás”, continúa.
“Esa gente que hoy pide que le quiten la custodia a unos progenitores es la misma que luego se lleva las manos a la cabeza cuando se da el acoso escolar. ¿De dónde creen que sacan los dardos que dispara la gente pequeña?”, añadía.
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