“No es lo que haces, es quién eres cuando lo haces”

Los hábitos transformadores no surgen de hacer más, sino de ser auténtico: identidad, autocuidado y comunidad sostienen tu crecimiento.

“No es lo que haces, es quién eres cuando lo haces”
“No es lo que haces, es quién eres cuando lo haces”
Pedro Serrano

Pedro Serrano

Soy el espejo mágico que te hace verte tal cual eres, para dar luz a tus sombras y más brillo a tu luz.

6 octubre, 2025
Se lee en 3 minutos

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En los últimos años hemos escuchado hablar mucho de rutinas, hábitos y productividad. Libros, pódcasts y redes sociales nos bombardean con fórmulas mágicas para madrugar, hacer ejercicio, comer más sano o meditar cada día. Y, sin embargo, ¿por qué muchas veces abandonamos a mitad de camino? La respuesta, desde mi experiencia como coach emocional y ejecutivo, es clara: porque ponemos el foco en el “hacer” antes que en el “ser”.

Los hábitos que realmente transforman no son los que se suman como tareas a una lista interminable, sino los que nacen de tu identidad. Cuando tus acciones se alinean con quien eres –y con quien quieres llegar a ser– se convierten en parte natural de tu vida, no en una obligación externa. No se trata de decir “quiero leer más”, sino de reconocerte como “soy una persona que aprende y se expande cada día”. Esa pequeña diferencia lo cambia todo.

Para el colectivo LGTBIQ+, esta mirada tiene aún más valor. Nuestra identidad ha sido, y sigue siendo, un terreno de conquista: hemos tenido que construirla, defenderla y celebrarla en contextos a veces adversos. Incorporar hábitos desde esa autenticidad es un acto de autocuidado y también de resistencia. No es sólo disciplina, es una afirmación personal.

¿Cómo empezar? Aquí algunas claves prácticas:

1. Define quién quieres ser, no solo qué quieres hacer. Pregúntate: “¿Qué identidad quiero encarnar?” En vez de proponerte ir tres veces al gimnasio, piensa: “Quiero ser alguien que honra su cuerpo con movimiento y energía”.

2. Empieza pequeño, pero empieza desde ti. Los grandes cambios no llegan de golpe. Crea microhábitos alineados con tu visión: cinco minutos de respiración consciente, un paseo al sol, una llamada a esa persona que te recuerda quién eres.

3. Refuerza tu entorno. Rodéate de espacios y personas que validen y apoyen tu identidad. Los hábitos se sostienen mejor cuando no luchan contra un entorno hostil.

4. Celebra cada paso. La disciplina se fortalece con reconocimiento. Date permiso para reconocer cada avance, por pequeño que sea, como un reflejo de la persona que estás siendo.

5. Integra técnica con propósito. Herramientas de coaching, como la visualización o la definición de anclas emocionales, son útiles cuando no se quedan en la teoría sino que conectan con lo que te define.

En Atmanity, el proyecto que estamos desarrollando, trabajamos justo en esta intersección: hábitos, identidad y comunidad. Porque no se trata de sumar tareas a tu agenda, sino de crear una rutina que respire quién eres, que sostenga tu bienestar emocional y tu crecimiento personal. Trabajar desde el ser, desde la esencia, desde el Atman.

Al final, los hábitos son como raíces: invisibles a primera vista, pero decisivos para que un árbol crezca fuerte. Pregúntate no qué quieres hacer mañana, sino quién quieres ser hoy. Desde ahí, los hábitos dejan de ser cadenas y se convierten en puentes hacia una vida auténtica, plena y profundamente tuya.

 

Pedro Serrano (coach emocional y ejecutivo)
www.atmanity.com (aprende a ser feliz)
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