Es la gran fiesta cultural del otoño en Madrid. La entrega del Premio BMW de Pintura logra la convocatoria más transversal que uno se pueda imaginar en el Teatro Real, sala que, desde hace años, es su casa: desde la Reina Sofía (que preside la ceremonia de entrega, sin haber faltado nunca) a todos los creadores de vanguardia que han presentado sus obras, pasando por galeristas, coleccionistas, actores, cantantes, celebrities, socialités…
Este año fueron Alaska y Álex González los encargados de conducir la gala posterior a la entrega, en la que, como en cada edición, hubo un concierto. Este noviembre fue con la Orquesta de RTVE, el cantaor José Mercé y el bailarín Antonio Najarro. Fue una noche dedicada a la música y a la creación española.
Y, por supuesto, entre los asistentes, también estaban muchos de los miembros del jurado, presidido por esa leyenda que es Antonio López, y formado por Miguel Zugaza, Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, Guillermo Solana y Lucía Casani.

Las obras finalistas estuvieron expuestas en el Teatro Real en la noche de entrega del Premio BMW de Pintura. El pasado miércoles 19 de noviembre se inauguró la exposición en el Centro Cultural Conde Duque, de Madrid, que estará abierta hasta finales de enero. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Hace cuarenta años, cuando comenzaron estos galardones, las cosas eran muy diferentes: “En los ochenta, cuando el premio nació, fue una iniciativa pionera; no era habitual que una gran empresa, y menos aún de automoción, apostara por la cultura de una forma tan auténtica. Cuatro décadas después, el Premio sigue siendo un referente y un punto de encuentro entre artistas de distintas generaciones, desde grandes maestros hasta los nuevos talentos que definen nuestro futuro. Aunque la pintura cambie, su esencia y su necesidad de emocionar, sigue intacta”, nos dice Pilar García de la Puebla, directora de comunicación y relaciones institucionales de BMW Group España.
La democratización del arte en estos cuarenta años
¿Qué ha cambiado para bien y para mal en estos años en nuestro país y en el mundo? Ella lo tiene muy claro: “Para bien, el arte se ha abierto y democratizado. Al final, sigue las tendencias de la sociedad en la que vive y de la que se nutre: hay más lenguajes, diferentes soportes, más libertad creativa. Para mal, quizá la prisa con la que vivimos: nos cuesta detenernos a contemplar una obra con calma, esa inmediatez nos hace menos pacientes que antes con los procesos creativos, y con el ‘saber’ apreciar una obra tranquilos y en silencio. Pero precisamente por eso es tan importante que existan premios como este, que invitan a detenerse y a valorar el trabajo de los artistas”, nos asegura.
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Simón Sepúlveda Braithwaite, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Amaya Hernández Sigüenza, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
An Wei Lu Li, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Juan Carlos Bracho Jiménez, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Elisa Villota Sádaba, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Marta Beltrán Ferrer, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Cristina Mejías Gómez, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Judas Arrieta, finalista del Premio BMW de Pintura. Foto: Miguel Ángel Fernández.
Precisamente para poder volver a esa ansiada ‘calma’, el 19 de noviembre se inauguró en el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque de Madrid una exposición con todas las obras finalistas de esta edición. La muestra estará hasta finales de enero.
Nosotros tuvimos la oportunidad de estar con varios de esos finalistas y charlar sobre su obra. También posaron para nosotros ante sus trabajos justo antes de la entrega del premio, en el que resultaron ganadores Amaya Suberviola, Premio BMW de Pintura 2025, y Chino Moya en la categoría de Arte Digital.

Amaya Suberviola, Premio BMW de Pintura 2025. La artista navarra ganó el premio con la obra ST25061 (Coger una pestaña con los dedos). Está realizada en óleo y rotulador sobre lienzo, y en ella la imagen ha sido construida y desestructurada a través de decisiones que imitan gestos digitales.
Los finalistas fueron, en la categoría de pintura, José Ramón Amondarain Ubarrechena, Taxio Ardanaz Ruiz, Judas Arrieta, Marta Beltrán Ferrer, Cristina Mejías Gómez, Simón Sepúlveda Braithwaite y An Wei Lu Li. En arte digital, Juan Carlos Bracho Jiménez, Amaya Hernández Sigüenza y Elisa Villota Sádaba.

Chino Moya Premio BMW de Pintura de Arte Digital. El madrileño afincado en Londres consiguió el galardón por Metapope. Se trata de una creación en formato vídeo monocanal en 4K con sonido en bucle. El vídeo fue producido con un equipo de más de 30 personas. El actor que sale fue rodado frente a un fondo de croma azul con una cámara de cine digital Alexa, y los fondos construidos enteramente en 3D.
Tras el cuarenta aniversario, esperan poder celebrar muchos más: “Queremos seguir siendo un lugar donde tradición e innovación convivan. Apostaremos por nuevos lenguajes y reforzaremos la conexión entre cultura, sostenibilidad y compromiso social. El arte tiene que seguir inspirando y reflejando la diversidad que forma parte de nuestra sociedad”, nos dice Pilar. “El sueño por cumplir es que dentro de otros cuarenta años se siga hablando de este premio con el mismo cariño, y que siga siendo una oportunidad real para los artistas, y una cita que emocione al público como lo hace hoy”.

Alaska presentó en el Teatro Real la gala tras la entrega del Premio BMW de Pintura 2025.


