Sucedía ayer 13 de septiembre, durante una conferencia en el Salón Musulmán de Pontoise, en Francia. Las dos activistas interrumpían una conferencia sobre el papel de la mujer en la sociedad musulmana, un hecho que les costó una dura reprimenda cuando fueron expulsadas a empujones y patadas. En el vídeo podemos apreciar cómo una de ellas cae al suelo, momento en el que una avalancha de personas se aglomera en torno a ella y comienzan a propinarle patadas en el cuerpo.
“No pertenezco a nadie, soy mi propia profeta”, fueron las palabras de las dos jóvenes que, con el torso desnudo y con mensajes pintados en el cuerpo, irrumpían en el escenario. Cuesta creer la reacción de los organizadores, sobre todo porque esto ocurría en Francia y no en un país árabe. Una agresión que ya ha sido denunciada por la organización Femen, conocida en el mundo por luchar por los derechos de la mujer y también, por supuesto, de las lesbianas y bisexuales, como ya han demostrado en otras ocasiones: Beso lésbico reivindicativo en Marruecos.
Resulta preocupante que esta reacción desproporcionada pueda darse en un país occidental, sobre todo en una conferencia sobre los derechos de la mujer. Desde el colectivo feminista Femen se preguntan cómo el personal de seguridad del evento permitió el violento trato a estas mujeres por parte del equipo musulmán organizador.
Femen ha hecho público un comunicado en su cuenta de Facebook en el que denuncian la posición a la que el Islam relega a las mujeres, así como la celebración de este tipo de conferencias en las que, a su juicio, se insta a la mujer a “ser dócil y silenciosa” y “servir con abnegación su marido”. Una muestra más de que el feminismo no está obsoleto y aún tiene frentes abiertos.