Lo destacaba la revista Time el pasado mes de mayo en un número dedicado al colectivo transgénero con la actriz Laverne Cox en portada: la integración transexual es una de las asignaturas pendientes de la sociedad del siglo XXI, que aún patina cuando se le pide que diferencie entre identidad, orientación –que no opción– y género, que tiene problemas para asimilar que lo físico y lo psíquico no conforman una ecuación unívoca y que se sorprende cuando se le explica que unos genitales no determinan nada más allá de un mero atributo. Afortunadamente, el mundo de la moda –tan frívolo para unas cosas, tan vanguardista para otras– hace tiempo que dejó de marcar la diferencia entre hombres y mujeres, y el modelo Andrej Pejic, que a principios de año se sometió a una operación de reasignación de sexo para completar su evolución a Andreja, no puede ser mejor ejemplo de ello.
El auge de Pejic, nativo de Bosnia Herzegovina pero criado en Australia, comenzó en 2010 cuando, por su aspecto andrógino, las revistas femeninas se interesaron por ella no como una excentricidad, sino como un ideal de belleza que desdibujaba los límites entre lo masculino y lo femenino. Como Andrej, posó para fotógrafos como Juergen Teller, protagonizó portadas para L’Officiel, Schön o Dossier Journal, entre otras, un editorial de bañadores para mujeres en Vogue Paris y hasta lució vestidos de novia de Jean Paul Gaultier y Rosa Clará.
Pero había algo que era necesario completar. Desde los 13 años –ahora tiene 22–, Pejic se identificaba a sí mismo como una mujer, y una transición física era algo que sabía que tendría que llevar a cabo en algún momento de su vida, no tanto como una transformación sino como una evolución natural. Pero eso no ha sido posible hasta este año, y la androginia se convirtió en una manera de expresar su feminidad sin tener que dar demasiadas explicaciones a la gente. “Especialmente a los compañeros de profesión que no podían entender conceptos como trans o identidad de género”, explicaba recientemente a Style.com.
Convertirse en un modelo masculino famoso por su androginia fue un gran paso en su crecimiento personal, pero Pejic siempre tuvo en mente que, en última instancia, su mayor sueño era convertirse plenamente en mujer. “Antes no estaba preparada para hablar de ello en público porque temía no ser entendida. Pero ahora doy el paso porque sé que mi historia puede ayudar a otros. Mucha gente piensa que la operación de reasignación de sexo es un procedimiento estético, como si fueras al cirujano y le dijeras: ‘Oh, quiero ser mujer’. Y no, es mucho más complicado que eso. Empecé mi evaluación psiquiátrica con 13 años, lo dejé cuando comencé a modelar y lo retomé hace un año y medio. Te sometes a muchas pruebas antes de que se te permita operarte”, cuenta Pejic, que reconoce que ahora puede mirarse desnuda en el espejo y sin sentir rechazo de su reflejo.
“Me gustaría que la sociedad entendiera que somos parte de ellos, que esto también forma parte de nuestra realidad. Lo único que pedimos es aceptación, es un derecho básico”. Ahora Pejic prepara su regreso a las pasarelas para la próxima temporada y su debut en el cine de la mano de Sofia Coppola con The Little Mermaid.
El reportaje más famoso de Pejic fue este para Vogue Brasil, en el que posaba desnuda para Mario Testino.
> Recuerda cómo la modelo celebró su reasignación de sexo.
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