El CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes) de Melilla está recibiendo últimamente una cantidad considerable de peticiones de asilo, pero no son solicitudes procedentes de Siria, Iraq o Afganistán, sino de Marruecos. Y no por una cuestión bélica o política, sino más bien por una persecución debido al hecho de ser homosexual.
Muchos chicos y chicas del país vecino se están viendo obligados a abandonar Marruecos e intentar cruzar la valla de Melilla, que separa la frontera de ambos países, para poder recibir la protección y el amparo del estado español y dejar de ser perseguidos y maltratados por el simple hecho de ser homosexuales.
De los 73 marroquíes que han solicitado asilo en lo que llevamos de año, la mayoría lo han hecho por su condición sexual. A pesar de que EE UU, gran aliado de Marruecos, dictamina que la persecución a homosexuales en el país magrebí no es sistemática, y que los casos conocidos son simplemente acciones incívicas e imprudentes independientes del estado, lo cierto es que el número de personas sancionadas y castigadas por su orientación homosexual sigue en aumento.
Las organizaciones sociales de ambos lados de la frontera dan la voz de alarma y afirman que casos como el ocurrido en Beni Melal hace unas semanas atrás son una prueba de la persecución y represión que sufre constantemente el colectivo LGTB marroquí, que propicia que algunos intenten llegar a España.
Muchos de los inmigrantes acogidos en el CETI aseguran haber sufrido vejaciones tanto físicas como verbales, además de abusos sexuales siendo niños/as u adolecentes por parte de familiares, vecinos, compañeros o profesores, tal y como cuenta Abdu. “Creen que los terremotos que han sacudido Alhucemas y Nador son por nuestra culpa. Cada vez que ocurre alguna desgracia o catástrofe nos persiguen, nos acusan y abusan de nosotros. Creen que los homosexuales enfurecemos a Dios y por eso no nos quieren cerca. Somos apestados”. Otro solicitante llamado Fati aclaran desesperado que “mi sueño no es ir a Europa, es escapar de Marruecos. Solo quiero ser quien soy, y si tiene que ser lejos de mi país no me importa. Allí no soy nada, soy menos que nada. No soy libre, no puedo ser yo mismo. ¡Solo quiero ser yo”.