No sabemos qué le parecería a la chipionera, todo un icono LGTBI. Sí, tal cual: Vox utiliza la imagen de la gran Rocío Jurado en su campaña de desprestigio de todos aquellos que no piensan como ellos. En este caso, la usa para arremeter contra Manuel Valls.
Va por usted señor embajador de la Francia @manuelvalls💃 pic.twitter.com/4lO0VvGmUC
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) January 10, 2019
El partido de Santiago Abascal es el más activo en las redes sociales. El pasado 15 de diciembre, el diario El País daba la noticia: «La estrategia de Vox: es el primer partido en Instagram, la plataforma con más jóvenes». Preocupante.
En este caso, ha sido a través de Twitter. Justo el mismo día en el que Iván Espinosa de los Monteros, su vicesecretario, volvía a dar caña a los colectivos LGTBI en El programa de Ana Rosa, el partido lanzaba en su Twitter un post en el que usaban la imagen de Rocío Jurado (todo un icono gay) contra Ciudadanos. Se trata de un fragmento de la película Lola, la piconera, de 1970.
Lo que resulta preocupante es que Vox sea el partido que mejor use las redes sociales, que son el medio que mejor conecta con los jóvenes. Es decir, cuando todo el mundo piensa que el partido de ultraderecha tiene su cantera de votos en la España más rancia y casposa, resulta que, al igual que ocurrió con Podemos hace unos años, tiene en el mundo online su mejor campo de cultivo.
Espinosa de los Monteros aseguraba en Telecinco que «no hay que proteger a los colectivos LGTB». Cuando publicamos la noticia, un lector se puso en contacto con nosotros para compartir la triste noticia de la denuncia que había puesto el día anterior porque le habían dado una paliza al grito de «maricón, que te den por el culo»…
Por ello, resulta preocupante que sea precisamente este partido el que mejor conecte con la población joven a través de las redes sociales, tal y como vemos en este gráfico.
Las palabras de Espinosa de los Monteros no dejan lugar a la más mínima duda. Ana Rosa Quintana le preguntó por todas las condiciones que han puesto para llegar al pacto para el Gobierno en Andalucía. Desde materia de inmigración hasta cambiar de fecha el Día de Andalucía por el Día de la Reconquista. Pero una vez más, la periodista le preguntó por el tema que más nos interesa: el LGTBI. Y, de nuevo, un responsable del partido de ultraderecha ha vuelto a mostrar desprecio por una situación que ellos niegan, pese a los terribles datos de homofobia y agresiones que vemos con más frecuencia de la deseada por ser gay, lesbiana, transexual, bisexual o intersexual.
Espinosa de los Monteros ataca directamente a las leyes LGTBI que intentan educar desde la infancia a lo que ellos consideran una ‘forma de entender la sexualidad’ y un tema de ‘moral’. Es decir, para ellos, ser o no LGTBI es un asunto de ‘moral familiar’: “En los colegios públicos, privados, concertados, laicos, religiosos, extranjeros y españoles. En todos los colegios de la Comunidad de Madrid. Por cierto, cosa que también se va a hacer en Galicia y en todas las comunidades autónomas. Que es que la comunidad LGTB venga a impartir su forma de sexualidad. Por eso hablamos de un ‘pin parental’, para que los padres tengan control sobre aquello que se les enseña a su hijos en materia moral, no que se les enseñe los ríos o la geografía, o la historia, no. Se les enseña la sexualidad propuesta por los grupos LGTB, pues queremos que los padres puedan decidir si quieren que sus hijos vayan o no a esas charlas…”.
Ante ese argumento, Ana Rosa le interrumpió: «No creo que las asociaciones LGTB que van [a los colegios] lo hagan para compartir nada, sino que van a informar, y no está mal tener información de todo, que hay diferentes maneras de sexualidad”.
Espinosa de los Monteros siguió defendiendo su discurso: “Es información dada por miembros de los colectivos LGTB, por cierto, subvencionados con fondos europeos, es decir, otra vez los chiringuitos, aquellas asociaciones próximas a los Gobiernos de turno, sean del PP o del PSOE, serán las premiadas para ir a los colegios para impartir su forma de entender la sexualidad; es como si dice que tienen que ir los curas a los colegios a impartir su forma de entender la sexualidad. Los colegios no tienen que impartir su forma de entender la sexualidad a ningún niño, a no ser que los padres lo pidan, que eso es otra cosa…”.
Ana Rosa insistió: “Yo creo que a los niños hay que darles educación sexual para que no ocurran las cosas que estamos viendo”. La respuesta no deja lugar a la duda: “Ustedes creen que la gente cambia de opinión porque la ley les dice que hay que cambiar de opinión. Yo creo que el Estado está para proteger a los más débiles, a los que lo necesitan, los que están en desigualdad de condiciones, a los que tienen una minusvalía, física o psicológica, a los huérfanos, a los que sufren un accidente, a los que han sufrido avatares de la vida que son tremendamente injustos y que les colocan en una posición de debilidad ante el resto. Ahí no coloco a las mujeres, no creo que tengan una debilidad por el hecho de ser mujeres; no creo que la condición sexual de cada uno sea una debilidad, que una persona por ser lesbiana, gay, bisexual, transexual o intersexual tenga una inferioridad respecto a otra. Mire usted, si se le hace bullying a una persona por ser mujer, por ser LGTB, por ser gordo, por llevar gafas, por lo que sea, claro que hay que perseguirlo. Pero no explícitamente solo a los LGTB, o solo a las mujeres. Hay que perseguir todo aquello que sea hacer bullying a cualquier persona por cualquier motivo. Pero no tenemos la visión paternalista de pensar que las mujeres, por el hecho de ser mujeres tengan una condición inferior. Asumir que por el hecho de que uno en la cama haga lo que le dé la gana… no hay que proteger a los que no lo necesitan. No hay que premiar ni proteger por ser LGTB. ¿Cuando existe discriminación? Pues perseguirla, pero no con leyes especificas LGTB. ¿Hacemos otra para los niños que tienen gafas? ¿Para los que tengan un síndrome o una enfermedad rara? ¿Para los hombres maltratados? ¿Los niños con gafas maltratados?”.
Pues sí. En el caso de que eso ocurriera, sin duda habría que hacer una ley para ello, para evitarlo. Una ley… y fomentar la educación para impedirlo. Pero el señor [sic] Espinosa de los Monteros debe de creer que solo las personas LGTBI que son conocidas y triunfan, las que están reconocidas socialmente, las que salen en la tele o son directivos de empresas, son las únicas que existen en España. Igual ignora que sigue existiendo mucha gente que no puede vivir su vida libremente por miedo. Miedo social, laboral, familiar… Sí, por miedo al rechazo. Y a una paliza que ponga en riesgo su vida. Mucha gente perseguida. A eso, además de homofobia, se le llama clasismo.
En fin, retratados quedan. Y quienes le siguen en redes, también