La masacre de Orlando ha influido enormemente en el espíritu con que se celebra este año el Orgullo LGBT en todos los rincones del mundo. Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales viven los eventos festivos de un modo diferente, con una mayor emotividad. Se vio, por ejemplo, en el Orgullo de Madrid, y lo hemos vuelto a comprobar en Brighton.
El Pride de Brighton es el más masivo de todo el Reino Unido. Más concurrido que el de Londres, curiosamente. Y es que son muchos los londinenses que se escapan a Brighton el primer fin de semana de agosto para vivir intensamente su Orgullo. En total, se estima que han participado en las distintas actividades del Brighton Pride más de 300.000 personas.
Brighton está unánimente considerada la capital gay de Inglaterra, y además se la conoce popularmente como ‘London by the sea’. Se dan todas las circunstancias favorables para que el Brighton Pride sea un fiestón en toda regla: buen tiempo, playa, una gran escena gay y una completísima programación para que el fin de semana resulte inolvidable. Y vaya si lo fue.
Como también sucede en Madrid, toda la ciudad se vuelca con el Orgullo. Y la repulsa hacia lo sucedido en Orlando unió a todo el mundo. En Brighton, al igual que en numerosos Prides del mundo, el desfile es de lo más tempranero. A las once de la mañana ya estaba en la calle el pasado sábado 7 de agosto. Y hay tanta, o más, gente viéndolo que participando en él. Lo abría un grupo de personas portando retratos de todos los fallecidos en Orlando, y las ovaciones que despertaban ponían la piel de gallina.
El desfile del Pride de Brighton es lo más parecido a un carnaval que se puede vivir en la costa británica. La música en vivo juega un papel protagonista, y son numerosos los grupos de percusión y de samba (!) que participan en él. Coincidió además con el arranque de los Juegos Olímpicos de Río, y uno tenía la sensación de que el relevante guiño a la cultura brasileira, además de ser un guiño al multitudinario evento deportivo, era una constatación de que este desfile era infinitamente más entretenido y colorista que la inauguración de los Juegos.
Al igual que ocurre en otros Orgullos británicos, como el de Manchester –que cubrimos el año pasado–, el componente reivindicativo está muy equilibrado con el festivo en la marcha. Sí, hay carrozas de lo más petardas –una de las mejores, dedicada exclusivamente a Dolly Parton, con varias drags imitándola y su música sonando non stop–, y ocasionalmente alguna poblada con osos ligeros de ropa o fetichistas uniformados de pies a cabeza. Por supuesto, también desfilaban chulazos de gimnasio ligeros de ropa. Incluso un grupo de tíos que promocionaban un club lo hacían solo ataviados con un delantal y el culo al aire. Dan la nota de color y el punto de morbo, pero no es lo que predomina o lo que más llama la atención.
En el último Pride de Brighton participaron inmigrantes de diferentes países, reclamando respeto por sus culturas y denunciando la discriminación que sufren, gays cristianos orgullosos, familias homoparentales con sus niños, policías, bomberos, el coro gay de Brighton, organizaciones de apoyo a adolescentes LGTB, bomberos, policías… Y el paso de todos ellos es el más celebrado por el público, su visibilidad es agradecida.
El desfile termina en el denominado Pride Park. El inmenso Preston Park se transforma por un día en un gigantesco parque de atracciones gay, con un escenario principal con artistas pop en directo, drag queens y DJs y casi una decena de carpas dedicadas a distintos estilos musicales y tribus LGTB, además de todo tipo de stands y atracciones.
Es el plato fuerte del Pride de Brighton, aunque no es la única actividad relevante. Porque todo el fin de semana, el barrio gay de la ciudad, en torno a St. James’s Street, se cierra al tráfico y durante dos días es una fiesta continua, que el pasado sábado por la noche desbordó todas las previsiones y colapsó el centro de Brighton.
Pero volvamos al Pride Park. Donde, por cierto, se agotaron todas las entradas días antes del evento. Entre otros motivos, porque el cartel del escenario principal no tenía desperdicio. Con Carly Rae Jepsen y las legendarias Sister Sledge como nombres destacados, también pasaron por él recién llegadas al universo pop como Anne-Marie, Imani, Dua Lipa o Fleur East, jóvenes veteranas del circuito gay como Alesha Dixon y DJs como The 2 Bears y Freemasons.
La música no paró desde el mediodía hasta las 23h en el parque. Bueno, con una excepción. A las 19h en punto, se celebró un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Orlando en absolutamente todos los escenarios. Durante sesenta segundos, el parque se sumió en un respetuoso silencio. Y a las 19’01h, todo el mundo volvió a bailar con frenesí, un modo igualmente válido para honrar la memoria de quienes fallecieron bailando en Pulse. El lema del Pride de este año, “Freedom to Live”, no podía ser más acertado.
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