Ana Milán ha estado sembrada en Twitter. Primero fueron las palabras del Papa Francisco en Salvados: «No se puede echar del hogar a una persona por tener tendencias homosexuales. Lo que quise decir en ese momento, en un idioma que no era el mío [se refiere a unas polémicas declaraciones suyas en una rueda de prensa en el avión, a la vuelta de un viaje, en las que habla en italiano], es que cuando unos padres ven cosas raras lo que tienen que hacer es recurrir a un especialista para que les saque de la duda. Pero una vez que esa actitud homosexual está fraguada, esa persona tiene derecho a tener una familia».
Ante estas palabras, Évole le dijo que esa expresión que había usado [ahora en español, que es su idioma, por lo que no hay disculpa posible] podría ser malinterpretada, y le dio la posibilidad de aclararla. Lejos de corregirla, Francisco dijo: «¿Y qué haría falta que dijese?».
Luego fuero los tristemente famosos cursos para curar la homosexualidad del obispado de Alcalá de Henares, que han sido respaldados por la Conferencia Episcopal Española.
Ante eso, Ana Milán subió a su Twitter: «Si eres padre o madre de un niño o niña homosexual y esto te resulta un problema la psiquiatría puede ayudarte. A ti. No a tu hijo. Pero sí a ti».
Realmente, no hay nada más que añadir.