Con la Iglesia hemos topado. Raymond Burke, cardenal del Vaticano, ha encontrado la solución para no perturbar a los niños: evitar que tengan contacto con las parejas gays. Según él, son relaciones “equivocadas, malvadas e intrínsecamente desordenadas”. Más allá del recurrente tema del matrimonio gay, Burke señala la necesidad de alejar lo maligno de unos críos indefensos que, suponemos, podrían contagiarse. Especial preocupación le generan las reuniones familiares en Navidad, por ejemplo.
Allí se mezclarían todo tipo de parejas (las válidas y las desordenadas) y, claro, Burke señala que “no se debe exponer a los niños a esas relaciones y su directa experiencia. Las familias deberán encontrar la manera de evitar que haya contacto con uniones desordenadas”, añade como si nada. Así que ya sabéis, mucho cuidado con quién invitáis a casa…
¿Serás capaz de invitar a parejas desordenadas a tu casa?
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