Juzgar más allá del género. Ese era el objetivo de un colegio japonés, que puso en marcha la iniciativa “Sexchange day” (Día del cambio de sexo), donde los alumnos podrían ir vestidos del sexo opuesto y acudir a clase con total normalidad. La participación, que era opcional, convenció al 40 por ciento de los estudiantes. En total, 299 de ellos (117 niños y 182 niñas) se unieron a la iniciativa para dejar claro que la identidad jamás puede ser motivo de algún tipo de exclusión.
La repercusión ha sido tal que en diarios como el Wall Street Journal, por ejemplo, el director del colegio, Hirofumi Miyashita, habla de que proyectos como este hacen que “los estudiantes observen las cosas de maneras diferente”. Además, añade que la mayor queja recibida fue por culpa del frío, y es que hay niños que no llevaron muy bien llevar las piernas al descubierto. Nosotros, en Shangay, nos lo estamos pensando.
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