Este hilo de Twitter ha recibido más de seis mil retuits y veintiséis mil likes. Y es que la historia merece la pena leerla hasta el final, y es inevitable pensar al terminarla: ¿de verdad existe gente así de loca? Por lo que le ha pasado a esta chica, parece que sí. ¡Increíble!
«Os voy a contar (a mis cuatro followers) la historia entera del compañero de piso que nos intentó matar». Comienza contando que ella, junto a una amiga, decidieron irse a Madrid a vivir a un piso con más gente. Encontraron uno donde vivían seis personas, y desde el principio todos mantuvieron una buena relación y convivencia, excepto con un chico. Era muy reservado, prácticamente no salía de su cuarto ni para comer. Cuando este se fue, llegó al piso el protagonista de nuestra historia: ‘Miami’. Lo llamaban así porque el chico alardeaba de ser de ahí. Desde el primer momento, les transmitió malas vibraciones.
Tenía comportamientos muy extraños: siempre presumía de tener mucho dinero, buscaba fotos de su padre en Google cuando le preguntaban por él… La acumulación de este tipo de actitudes les resultaba cada vez más extraña a sus compañeros. Hasta que anunció que iba a venir un primo suyo a pasar unos días, y eso fue el desencadenante de todo.
No parecía tener mucha afinidad con su primo, que había venido desde Teruel para verle. Todos empezaron a pensar que Miami era gay, y ese chico en realidad era un ligue suyo. Entendían que no quisiera compartir con ellos su orientación sexual, y no lo juzgaban, pero les resultaba cada vez más raro.
«Creo que mi primo quiere liarse conmigo. Me da la sensación de que es un gay reprimido y, uf… ¡qué asco!», les había dicho Miami a sus compañeros. Enseguida le pararon los pies al oír ese comentario, ya que en esa casa «no se tolera la homofobia», como afirmaban las chicas. A todos les parecía muy extraña la situación, y pensaban que el reprimido en realidad era él, y que la historia del primo era simplemente una tapadera. Pero el bombazo llega el día en el que el chico de Teruel les pide a todos reunirse en el salón aprovechando que Miami estaba en su cuarto.
«Nos dijo que, evidentemente, él no era su primo, que lo conoció por una página de ligoteos, que encima es menor de edad», comenta en el tuit. Toda la vida que les había estado contando era mentira, y además había chantajeado al chico para que fuese desde Teruel a Madrid para verle. Todos se quedaron horrorizados al escuchar la confesión, y el supuesto primo huyó de allí bajo las amenazas de Miami. En el piso la atmósfera estaba muy cargada…
Tras una acalorada discusión, y sabiendo que la cita del impostor ya estaba a salvo en el tren de vuelta a Teruel, todos atacaron a Miami por su actitud. Este salió de la casa, y no se supo nada de él hasta las siete de la mañana, cuando todos los compañeros del piso se levantaron sobresaltados al ver lo que estaba sucediendo en la cocina. La vitrocerámica encendida al máximo, empapada en aceite y un trapo quemado. Miami no estaba. Todos pensaron lo mismo: había intentado quemarles vivos.
«Le llamamos y al final acabó medio admitiéndolo», dice la chica en el hilo. «Ayer estaba muy nervioso», se había defendido él. Todos decidieron ir a denunciarle, él se disculpó en la comisaría, y todos le gritaron y discutieron con él. Miami hizo las maletas y desapareció del piso y de sus vidas. «Se borró Instagram (o nos bloqueó a todos) y se fue».
La moraleja de toda esta historia es que nunca sabes de quién te puedes fiar, ni siquiera de tus propios compañeros de piso. ¿Quién sabe lo que puede rondar por la cabeza de la persona con la que vives? Esperemos que cosas así no, desde luego.
Aquí tienes el hilo de Twitter para que puedas leerlo completo.
Os voy a contar (a mis cuatro followers) la historia entera del compañero de piso que nos intentó matar. ABRO HILO.
— Croqueta (@croquetis) February 10, 2020