¿Eugenia Martínez de Irujo portada de una revista gay dedicada a la gastronomía? Podría parecer raro. Pero no tiene por qué. Con una forma de ser (y de pensar) que heredó de su madre, la recordada XVIII duquesa de Alba, Eugenia no tiene la personalidad típica que podríamos etiquetar a un miembro de la más alta aristocracia española. Mantiene, como Cayetana, su madre, una estrecha relación con el mundo LGTB, que va más allá del tópico y típico “yo tengo muchos amigos gays” (que, tenerlos, los tiene) o “es que me muevo en un ambiente de artistas, en el mundo del cine o de la música” (cosa que también es verdad). Pero no. Su relación con el mundo gay es mucho más natural y fluida. Mucho menos impostada que esos estereotipos, aunque sean ciertos.
Cuando le propusimos ser portada de Shangay, no lo dudó: “Cuando quieras”, fue su repuesta. Y, por supuesto, la cazamos al vuelo. Es uno de los personajes más cotizados por la prensa y no quisimos dejar pasar esta oportunidad. Nos encontramos con Eugenia feliz y radiante, sin pelos en la lengua, y nos cuenta cómo es la relación de la nobleza con el mundo LGTB, cuáles sus gustos gastronómicos y sus aficiones culinarias. Sin cortapisas, en todos los frentes, Eugenia vuelve a demostrar que es una rara avis y que sus respuestas no están ceñidas a un patrón preestablecido: “No me gusta estar encasquetada en un sector, creo que en la variedad está lo perfecto”.
SHANGAY ⇒ Así, a bocajarro, ¿por qué has querido posar para Shangay con la pereza que te da hacer reportajes?
EUGENIA MARTÍNEZ DE IRUJO ⇒ Es cierto que soy muy anti fotos, pero es porque no me gustan, no por otra cosa: detesto lo de posar, pero Shangay es una revista en la que me apetece estar.
SHANGAY ⇒ A veces tengo la sensación de que te mueves en muchos mundos, muy variados, y que no encajas al cien por cien en ninguno de ellos… ¿Te sientes una especie de outsider?
EUGENIA ⇒ No, nunca me he sentido así. Lo que ocurre es que me encantan las mezclas de gentes, y estar en todo tipo de ambientes. Aunque mucho más en unos que otros, ¿eh? [estalla en carcajada]. Pero sí, me siento cómoda mezclando: creo que en la variedad está lo perfecto. A lo mejor a la hora de hacer una reunión de amigos, o una fiesta, pues me encanta juntar a gente de varios ambientes, no me gusta nada estar encasquetada solo en un sector. Me siento más cómoda así . Aunque soy también muy de mis amigos de toda la vida, los que tengo desde el colegio, con once o doce años. Pero sí, tengo muchos amigos en el mundo del cine, en la música, del arte…
SHANGAY ⇒ ¿Y en cuál de esos ambientes es dónde podemos ver a la Eugenia más feliz?
EUGENIA ⇒ Ay, con mis animales… Sin duda. Me apasionan.
“¿Que en mis sucesores haya dos duques o dos duquesas de Montoro? Pues no tendría ningún problema, ¡ya ves!”
SHANGAY ⇒ Has heredado muchas cosas de tu madre, y una de ellas es tener una gran empatía con el mundo gay… Sin caer en el tópico de que ella, como tú, se movía mucho en el mundo artístico, ¿hablaste con ella en alguna ocasión del tema? De todos tus hermanos, la única que tiene ese rollo eres tú…
EUGENIA ⇒ Bueno, Jacobo [su hermano editor, que es conde de Siruela] quizás también. No, nunca hablamos del tema. Surgió de forma natural, la vida evoluciona. Yo es que lo veo con toda naturalidad y… bueno, es como mi hija, que lo ve todo con una naturalidad.nnn Es como antes, en los colegios, lo de los padres separados, pues chocaba mucho. Y lo del mundo gay, pues igual. ¡Que cada uno haga lo que quiera! Hoy en día, lo raro es que no se acepte con naturalidad.
SHANGAY ⇒ Pero, por otro lado, la aristocracia es reacia a los cambios. En los últimos años ha tenido que adaptarse, en cuestiones legales, a asuntos como el matrimonio homosexual, que cambia asuntos tan espinosos como la cesión o herencias nobiliarias. ¿Cómo se vive desde dentro?
EUGENIA ⇒ Es que me muevo muy poco en el mundo de la nobleza [carcajada]. No te creas tú que puedo opinar mucho. Lo que espero es que se vaya a adaptando, si no es así pues ya te digo que me parece de tener las cabezas muy cerradas. Me parecería antediluviano. Y en el sentido legal, pues asiste el derecho. Por supuestísimo. Eso no veo que no pueda ser así.
SHANGAY ⇒ ¿Te imaginas que un día haya entre tus sucesores dos duques o duquesas de Montoro [título que lleva ella y que heredará su hija]?
EUGENIA ⇒ ¿Te imaginas? Porque ya dos duquesas, conmigo lo veo complicado… [gran carcajada], que tengo mis gustos bastante definidos al otro lado.
SHANGAY ⇒ Bueno, con tu hija, o nieto o nieta.. ¿te importaría?
EUGENIA ⇒ ¡Pues fíjate! No tendría ningún problema. Absolutamente ningún problema: cero. Para nada.
“Me parecería antediluviano que en la nobleza no se adaptasen al mundo gay; además, en el sentido legal, asiste el derecho. Por supuestísimo”
SHANGAY ⇒ Este número de Shangay Style para el que posas está dedicado a la gastronomía. Tú eres muy viajera, cosmopolita, curiosa… En el campo gastro, ¿cómo te defines?
EUGENIA ⇒ Me apasiona la comida, pero, por otro lado, me cuido mucho. Me gusta la comida de toda la vida. En fin, no soy nada, nada, nada, y lo siento muchísimo, de las Estrellas Michelin. Es que no puedo soportarlo: no me gustan ni las fusiones, ni los zumitos, ni las chorraditas, que me perdonen. Lo sé, estoy siendo muy poco políticamente correcta, pero soy de la comida de toda la vida, me encanta el plato suculento [carcajada] y los restaurantes de siempre. Y nada los restaurantes de moda en los que te encuentras con todo el mundo. Si voy a alguno es porque hemos quedado ahí, y digamos que no me queda más remedio. Ciao, por ejemplo, el italiano que cerraron, era como mi segunda casa. Se comía de cine y no era nada pretencioso. Me gustan los sitios donde me pueda sentir cómoda y no me vaya a encontrar con ‘todo Madrid’, que me da muchísima pereza.
SHANGAY ⇒ Vives en el centro de Madrid, siempre te ha gustado. ¿Eres más de tasca o de restaurante gourmet?
EUGENIA ⇒ De tasca total. Cien por cien.
SHANGAY ⇒ Te llaman de repente cuatro amigos y quedas con ellos en casa. Cena improvisada. No me mientas: ¿la montas tú o la encargas?
EUGENIA ⇒ Nunca las he encargado. Siempre lo he organizado yo. Pero soy de cenas pequeñitas, no soy nada de quince o veinte personas. Soy como mucho de seis, siete. Reuniones pequeñas y que todo el mundo pueda hablar con todo el mundo. Muchas veces cocino yo y otras, pues lo hacemos en casa, pero nunca lo encargo.
“Sin duda alguna, soy cien por cien de tasca, mucho más que de restaurante de moda. Y no me va nada el tema de Estrellas Michelin”
SHANGAY ⇒ ¿Cuidas la puesta en escena, platos, vajillas, cuberterías…?
EUGENIA ⇒ Sí, y me encanta. Soy muy detallista y muy perfeccionista. Disfruto organizando todo lo que es la mesa, mezclando colores, incluso en los vasos individuales, combinados luego con la vajilla más lisa; en los colores de servilletas, también. Y cuido mucho el detalle de las flores…
SHANGAY ⇒ ¿Sigues comprando vajillas y cuberterías o tiras de ‘fondo de armario’?
EUGENIA ⇒ ¡Sigo! Acabo de comprar una ideal, que todavía no me ha llegado, de Andrea Zarraluqui, que hace unas cosas súper bonitas. Como soy una apasionada de los cactus, me he comprado una que vi en Instagram y me chifló cuando la estaba haciendo, porque las pinta a mano.
SHANGAY ⇒ ¿Usas vajillas antiguas de familia o eres más de líneas contemporáneas?
EUGENIA ⇒ Sí, mezclo. Es que me encantan las mezclas.
SHANGAY ⇒ ¿Sabes de vinos?
EUGENIA ⇒ No creo que entienda nada de vinos. Sé lo que me gusta y lo que no me gusta. Pero me encanta el vino, tanto el blanco, en verano o la primera copita antes de una cena, como el tinto. Aunque soy, quizás, más de tinto. Pero ante una carta de vinos en un restaurante, esas tan largas, como no entiendo nada, pues se la doy al de enfrente, yo paso de elegir [nueva carcajada]. Siempre que me dan a mí a probar digo “si me va a gustar seguro, que lo pruebe otro”. Eso sí, el tinto me gusta más con cuerpo que los suaves…
“Era anti redes sociales, pero me hice un Instagram por mi trabajo en Tous… ¡y me he enganchado!”
SHANGAY ⇒ Otra cosa que te caracteriza, lo has contado en numerosas ocasiones, es que te preocupas por tu línea y controlas la dieta. ¿Te cortas mucho a la hora de comer?
EUGENIA ⇒ Siempre, siempre, siempre… [carcajada] Es que yo era muy gordita de pequeña y además soy muy pequeñita, a pocos kilos que coja se me nota mucho… Pero, aparte, me siento mucho mejor comiendo sano que con grasas. Casi siempre como en casa, rara vez fuera, y lo tengo fácil, soy de ensaladitas, me encanta la verdura. Poca fruta, eso sí. La de verano más, pero la de invierno me da más pereza. El tomate me apasiona. Lo como y lo ceno todos los días. Los quesos también, pero intento evitarlos.
SHANGAY ⇒ La nevera de tu casa, ¿quién la organiza?
EUGENIA ⇒ Pues es que siempre es un poco lo mismo. Nunca faltan verduras ni pasta ni arroz, por Tana [su hija, fruto de su matrimonio con Francisco Rivera] que toma mucho.
SHANGAY ⇒ Estás expuesta a los medios desde la cuna. ¿Crees que la gente tiene una imagen real de ti? Ahora, con Instagram, donde eres muy activa, quizás controlas más tu imagen y lo que quieres comunicar.
EUGENIA ⇒ Yo era anti redes sociales. ¡Pero anti! Además, me parecía todo muy exponerse. Por mi trabajo en Tous me dijeron que sería bueno hacerme un Instagram por el tema de las joyas. Me costó la vida, pero me lo hice. Y tengo que decir que me he enganchado a saco… Solo tengo Instagram, ni Facebook ni Twitter. Una vez que me lo hice, no puedo mantenerme distante, porque no va con mi carácter, y me he implicado un montón. He notado un cariño inmenso de una barbaridad de seguidores, y no sabes cómo lo valoro. Al principio contestaba uno a uno. Ahora leo absolutamente todo, pero contestar a todos me resulta imposible, y solo lo hago a los de toda la vida, a los que me siguen del principio. Y sí, he perdido ese miedo a mi privacidad, porque es verdad que lo manejo yo misma y enseño lo que más me gusta, que es, aparte de las joyas, pues a mis animales. Porque si puedo hacer algo en ese sentido para que la gente se conciencie de todo el tema del abandono, de no comprar, sino de adoptar, pues feliz de la vida. Y mostrar mis momentos más felices. Los comentarios, quitando uno o dos, algo aislado, siempre han sido buenos. Jamás he borrado un comentario malo, les contesto con el corazón, con un “esto me está haciendo daño” y la gente se da cuenta de que no voy de nada. Ni me creo guapa, ni mi creo esto o lo otro, ni voy de lo que no soy.
“Con mis animales estoy feliz. Hago todo lo que puedo por concienciar sobre el abandono, porque la gente adopte en vez de comprar”
SHANGAY ⇒ Ya de joven en Sevilla, estuviste cara al público en un negocio, una tienda de ropa que se llamaba Ciencias Naturales. ¿Te gusta el contacto directo con la gente?
EUGENIA ⇒ Sí, me gusta. Y me encantan las muestras de cariño. A mí con el cariño es que se me gana. Soy súper agradecida para eso.
SHANGAY ⇒ Llevas veinte años con Tous, primero empezaste como imagen, y llevas ya mucho tiempo diseñando. Esto parece un matrimonio de por vida…
EUGENIA ⇒ Total, siempre digo que es la relación más larga que he tenido [risas]. Es de mucho cariño, de muchos años, confianza. Respeto muchísimo la lealtad, tanto de un lado como de otro, y en nuestra relación se ha notado muchísimo.
SHANGAY ⇒ Dinos la verdad: a la hora de diseñar y crear, ¿te das libertad absoluta o piensas en la comercialidad del producto? ¿Has tenido que descartar cosas por ello?
EUGENIA ⇒ El sentido comercial lo ponen más ellos. Yo soy de hacer lo que me sale y ellos son los que me dicen, “pues esto no lo vemos”… No por la pieza en sí, sino igual a la hora del montaje, a la hora de la producción, o porque son más delicadas y se puedan estropear.
SHANGAY ⇒ Tu estilo es de ‘mercadillo chic’, siempre ha sido así…
EUGENIA ⇒ ¡Me encantan los mercadillos! Y encuentro unas cosas chulísimas. Es que me da mucha pereza ir de compras aquí, en Madrid, aunque tengo que hacerlo con mi hija, que nos vamos por la calle Fuencarral, vamos siempre juntas… No salimos de ahí, como es donde están todas las ‘tienduquis’ [risas] no me deja salir de esa calle. Pero cuando salimos de viaje, y como creo que lo mejor para ver una ciudad es pateándotela, pues aprovecho y compro mis cositas. En Nápoles, por ejemplo, encontré una tienda que era la bomba, barata no, ¡es que no te puedes ni imaginar!, porque ¡oye!, da mucho gusto encontrar cosas bonitas que estén súper bien de precio. También mucho en Ibiza o Caños de Meca, en los mercadillos de los hippies.
SHANGAY ⇒ ¿Eres gastona en ropa?
EUGENIA ⇒ No, y además no soy nada de marcas. Compro mucho en Mango, que está fenomenal de precio y hay cosas monísimas. Y no, no soy de irme a marcas importantes, con lo cual tampoco gasto mucho. Lo que sí soy es caprichosa y, si me gusta algo, me lo compro. Tengo cosas de costura, pero como tampoco soy de fiestas ni de ir a muchas historias… Tengo mis diseñadores preferidos, de los que me visto cuando tengo que ir a algún evento. Pero mi día a día es más de ropa cómoda y de ir con mis vaqueros.
SHANGAY ⇒ Cada vez eres más parecida a tu madre en el sentido de hacer lo que ‘te sale de la peineta’…
EUGENIA ⇒ [grandísima carcajada] Pues sí. Es que, mira, se vive una vez. Y mientras no se haga daño a nadie, ¿pues por qué no lo voy a hacer? Suelo hacer lo que siento, porque me gusta, y oye… ¡porque puedo!
SHANGAY ⇒ ¿Esto te ha supuesto algún tipo de problema?
EUGENIA ⇒ No. Tampoco hago nada malo.
SHANGAY ⇒ La Casa de Alba es historia de España. Muchas personas asocian eso a ser lo más rancio de la sociedad cuando, sin embargo, históricamente ha sido lo contrario, pues en muchas ocasiones ha sido el motor, es decir, ha estado a la vanguardia, artística, económica…
EUGENIA ⇒ Y ha sido mecenas del arte, en la historia. Pues no sé, supongo que esos son temas sociales, que a mí no me gustan nada. Muchas veces tenemos prejuicios o complejos por eso, por haber nacido en una casa como la mía. Pero es que yo me siento una persona completamente normal, nunca he utilizado mi título porque, además, creo que hoy en día no sirve para nada: era un privilegio que te daban en otras épocas pero, hoy en día, ya me dirás…
SHANGAY ⇒ ¿No reservas en un restaurante como duquesa de Montoro?
EUGENIA ⇒ No, nunca lo he hecho, y jamás lo haré. Es que me muero de vergüenza. Pero ni he llamado nunca en mi vida a nadie así. Cuando me dicen “de parte de quién”, siempre he dicho Eugenia Martínez de Irujo. Incluso en mi casa, siempre me he negado a que me dijeran señora duquesa, ¡siempre! Mi madre eso lo llevaba fatal, porque como era de otra época… Y además tenía otra responsabilidad. Siempre me amenazaba con quitarme el título. Y yo le decía “pues quítamelo”; lo llevo por sentimiento hacia ella, porque era su preferido y no lo rechazo para nada porque sería un feo horroroso. Pero utilizarlo, jamás. Todos mis hermanos lo hacen y yo no. Pero no lo hago porque no me sale, no me veo. No va conmigo. Y cuando me llaman duquesa, me muero de vergüenza.
SHANGAY ⇒ ¡Esa era la siguiente pregunta! Tu madre me confesó eso mismo varias veces, con pena: el poco apego que le tenías al título…
EUGENIA ⇒ ¿Ves? Claro, la pobre… Es que eso ella lo llevaba fatal. ¡Y se mosqueaba! Pero es que siempre he sido incapaz, y seguiré así hasta que me muera. Siempre soy ‘La Martínez’?
SHANGAY ⇒ ¿Cómo se vive cuando has nacido entre pinturas de Tiziano y Velázquez?
EUGENIA ⇒ Pues eso es un lujazo. Ahí sí que tengo que decir que soy una privilegiada, porque eso es una maravilla. Me he criado en un mundo lleno de oportunidades y de obras de arte. Y no todo el mundo tiene ese privilegio, y aunque de pequeño no eres muy consciente, luego vas creciendo y ves lo que tienes alrededor… y es muy impactante. A quien le guste el arte, pues más todavía…
SHANGAY ⇒ En Instagram la recuerdas constantemente con fotos de ella con artistas o como icono de la moda. Ella, en su momento, fue rompedora y abrió el Palacio de Liria a Saint Laurent…
EUGENIA ⇒ Ella ha sido muy moderna y muy abierta a todo. Lo que más me gusta de mi madre, y lo que más me llega y me llena, es cómo consiguió ser tan querida por todo el mundo. En las redes sociales eso sí que me lo han demostrado con creces. Y ese legado, en ese sentido, para mí ha sido y es importantísimo. Me hace sentir súper orgullosa de ella. Pero gente de todas las edades, muy joven. Cuando murió me quedé como alucinada, y maravillada. Y desde aquí doy las gracias.
FOTOS: BORJA DE LA LAMA
ESTILISMO: ARTURO ARGÜELLES
MAQUILLAJE Y PELOS: EVA ESCOLANO PARA BIOTHERM
AYTE. FOTOS: CESCO RODRÍGUEZ
LOCALIZACIÓN: PISO REFORMADO POR ABATON
DECORACIÓN: BATAVIA
VÍDEO: PABLO CARRASCO DE JUANAS