Suerte que cantaba en playback, porque dada la talla de su vestido es bastante probable que apenas hubiera oxígeno en sus pulmones para poder cantar en directo. El pasado domingo se emitió la gala anual de los World Music Awards que se celebra anualmente en Monte Carlo. Grabada el pasado mayo, la abrió una esplendorosa Mariah Carey, que interpretó Meteorite, uno de los temas más discotequeros de su álbum Me. I Am Mariah… The Elusive Chanteuse, producido por Q-Tip.
Rodeada de bailarines de lo más sexys, algunos en patines, la Carey volvio a demostrar por qué es una de las divas gays que más pasiones levantan. Llámala tremenda si quieres, critica que su vestido sea tres tallas menor de lo que necesita, pero el caso es que en su actuación en los World Music Awards rezuma glamour. Aunque resulta algo contradictorio que decidiera interpretar Meteorite en lugar del que se supone que es su nuevo single, You Don’t Know What To Do, también con un fuerte rollo disco. La caótica promoción del disco es sin duda uno de los motivos por los que su último álbum está siendo un –inmerecido– fracaso estrepitoso a nivel comercial.
A Mariah se la ve feliz en su actuación en Monte Carlo. Quizá también porque sabía que en breve iba a recibir el Pop Icon Award por haber vendido más de 200 millones de discos y tener una cifra récord de números 1 en las listas estadounidenses. A ver si logra por fin que una de sus nuevas canciones explote en los charts como un meteorito. Y ojalá vuelva a concedernos pronto alguna entrevista exclusiva como la que nos dio en 2008, que tanta repercusión tuvo a nivel internacional.
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