Estonia no es un país cualquiera. Como parte de la extinta Unión Soviética, se encontraba a la cola de Europa en lo que a materia y derechos LGTB se refiere. Y decimos se encontraba porque, desde hace unos días, cuenta con luz verde para poner en marcha la ley que legaliza el matrimonio gay. La votación, llevada a cabo en el Parlamento, se saldó por un corto margen: 40 votos a favor, 38 en contra y 23 abstenciones.
Sea como fuere, el veredicto tendrá efecto a partir de 2016, y convertirá a Estonia en el primer país ex soviético en aprobar los enlaces homosexuales. Por lo tanto, se trata de una votación histórica que manda un claro mensaje a la ‘madre’ Rusia. Tal es la evolución que, en 22 años, se ha pasado de prohibir las relaciones entre personas del mismo sexo a la inminente legalización del matrimonio gay. Que pase el siguiente.
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¿Aprenderán sus vecinos rusos y nuestro amigo Putin?