Cuidado con lo que compartes en Grindr

En ocasiones, el arte contemporáneo provoca reacciones más virulentas de lo que sus creadores imaginan. Que se lo digan si no al artista holandés abiertamente gay Dries Verhoeven, al que sus coqueteos públicos con Grindr no le han traído más que disgustos. Verhoeven comenzó a principios de este mes un proyecto en Berlín, a caballo […]

Iván Salcedo

Iván Salcedo

El día que vi a 'La maja desnuda' de Goya descubrí dos cosas: que quiero vivir dentro de un museo y que soy gay.

15 octubre, 2014
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En ocasiones, el arte contemporáneo provoca reacciones más virulentas de lo que sus creadores imaginan. Que se lo digan si no al artista holandés abiertamente gay Dries Verhoeven, al que sus coqueteos públicos con Grindr no le han traído más que disgustos.

Verhoeven comenzó a principios de este mes un proyecto en Berlín, a caballo entre la instalación artística y la performance, titulado Wanna Play? Se instaló dentro de una estructura de cristal en Heinrichplatz y pensaba pasar 15 días aislado, comunicándose únicamente a través de Grindr, y proyectando todos los mensajes que recibía para que sus espectadores estuviesen al tanto de sus conversaciones.

Cuidado con lo que compartes en Grindr

Afirma el artista holandés que no buscaba ligar, sino intentar convencer a personas con las que contactase para que se acercaran a visitarle, y entablar así relaciones platónicas a través del cristal. «Las aplicaciones que favorecen los encuentros sexuales monopolizan las vidas diarias de muchos hombres gays», afirma. «Algo va mal cuando los gays son capaces de compartir de inmediato su deseo para que les metan un puño pero son incapaces de invitar a otro hombre a cenar».

No podía imaginar que su experimento desataría las iras de uno de los hombres con los que contactó vía Grindr. El fotógrafo alemán Parker Tilghman montó en cólera cuando llegó al lugar en donde se encontraba su interlocutor, y descubrió que los mensajes que le había escrito estaban siendo proyectados. «No me considero una persona violenta, pero perdí el control», declaró tras el incidente. «Entré y le golpeé. Me puse a chillar y tiré una mesa». Los responsables de Grindr consideraron que este usuario engañaba a otros y violaba su privacidad, así que invitó públicamente a un baneo masivo.

Cuidado con lo que compartes en Grindr

Dries Verhoeven abandonó la instalación artística cinco días después de inaugurarla y se apresuró a disculparse públicamente. «Ha sido una falta de respeto por mi parte utilizar cierta información sin obtener un consentimiento mutuo previo». ¿Cómo habrías reaccionado al ver una conversación tuya de Grindr proyectada públicamente, con la justificación de ser parte de una performance?

 

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