Papel mojado. Tras la publicación de un documento que reconocía a los homosexuales “dones y atributos que ofrecer a la comunidad cristiana”, ahora un sector del clero se ha apresurado a negar al propio Vaticano. El aperturismo de la Iglesia vuelve a ser ciencia ficción, y de la que agota.
El cardenal sudafricano Wilfrid Fox Napier y el italiano Fernando Filoni se han apresurado a restar importancia al debate generado durante asamblea extraordinaria celebrada en Roma el pasado lunes, para dejar claro que “tal como está redactado, da a entender que hay acuerdo sobre cosas en las que en realidad no lo hay”. Ambos fueron un paso más allá incluso para afirmar que el escrito «no expresaba ni el pensamiento de la Iglesia ni del propio Papa”. ¿En qué quedamos?
Todo hace indicar que sigue existiendo una corriente homófoba dentro del estamento que no pondrá las cosas fáciles al Papa Francisco y sus buenas intenciones. Mientras, la comunidad LGTB sigue siendo la gran perjudicada. Un circo.
¿Cuánta credibilidad les queda?
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