No todas las noticias que nos llegan desde Roma son tan malas. Y aunque esta puede que no tenga el final feliz esperado, lo cierto es que la decisión del alcalde de la ciudad, el progresista Ignazio Marino, de permitir la inscripción de 16 matrimonios homosexuales puede marcar un antes y un después en el debate sobre la legalización del matrimonio gay en Italia.
La semana pasada, Marino no puso ninguna objeción a que 16 parejas del mismo sexo –11 de hombres y 5 de mujeres– que habían contraído matrimonio en el extranjero regularizaran su unión civil en el ayuntamiento de la capital. Al contrario, posó orgulloso con ellas ante los fotógrafos del Campidoglio y celebró en su discurso que Roma diera un paso al frente en materia de igualdad LGTB. «Es una espléndida mañana de sábado. Pero debemos pensar que es también un día normal porque creemos firmemente que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos. ¿Y qué derecho hay más importante que poder decir a tu pareja ‘te quiero’? En Italia aún tenemos un camino por andar hasta que las leyes permitan a todos tener los mismos derechos», declaró Marino, que piensa seguir regularizando a parejas del mismo sexo pese a que la ley italiana no lo permite.
El alcalde desafió las advertencias del ministro del Interior, Angelino Alfaro, quien ya ha anunciado que anulará el registro de las uniones. «Con la actual ley italiana, las bodas gays no son posibles. La firma de Marino no tiene ningún valor jurídico y no puede sustituir a la ley», dice el ministro que, en una entrevista al diario La Repubblica, explica que no se opone a las uniones civiles homosexuales, pero sí al matrimonio. «Tengo un gran respeto por la afectividad de todos y estoy dispuesto a modificar el código civil para regular las parejas gays. Pero el matrimonio no se toca, para nosotros es algo que forman un hombre y una mujer. Seré un poco antiguo, pero para mí un niño debe tener un papá y una mamá».
El Primer Ministro Italiano, Matteo Renzi, anunció este fin de semana que el Senado discutirá antes de enero el proyecto de una nueva ley de unión civil que imita el modelo alemán en materia de parejas del mismo sexo.
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