Tiene miedo, pero no está dispuesto a cruzarse de brazos. Ricardo, nombre ficticio para no ser descubierto, volvía de clase sin problema hasta que dos viejos amigos pronunciaron una frase muy elocuente: «Ahí va el maricón». No es la primera vez que le increpaban, denuncia el joven, que cometió el ‘error’ de defenderse con las terribles consecuencias que le supuso. Puñetazos, insultos y escupitajos en pleno centro de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta para una nueva agresión homófoba que lamentar. “Lo peor de todo es sentirte humillado y que haya personas que se dediquen a obstaculizar mi felicidad”, lamenta el joven, que reconoce llevar cinco años yendo al psicólogo porque le hacían la vida imposible en el colegio.
Pese a todo, Ricardo ha tenido la valentía de denunciar los hechos y espera que esto sirva para concienciar a la gente. Además, ha organizado junto a su novio y asociaciones LGTB una besada delante del ayuntamiento de su pueblo el próximo 5 noviembre a las 19 horas. “Si nos quieren en el armario, nos tendrán bien visibles” sentencia Ricardo. Todo un ejemplo.
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