La primera vez que visitó Madrid fue en 2012 para actuar en el Festival de Jazz. La segunda ha sido para presentar su segundo álbum, Binario, producido por Andrés Levin, cuyo primer single, Bailando Kizomba, ha sido un gran éxito en las Canarias, por ejemplo, y ha dado mucho que bailar en programas como Sálvame y en clases de zumba en los gimnasios.
Pero Coréon Dú –30 años, Libra– no querría que se le viera solo como a un artista capaz de animar fiestas populares, sus ambiciones son mucho mayores. Lo demuestra con Amor eléctrico, cuyo sensual vídeo, repleto de chicas y chicos sexys, resulta muy ambiguo. “Era mi intención, porque el tema habla del amor en esta era digital en la que estamos, y de cómo a veces no sabemos qué estamos viviendo realmente y qué es lo que simplemente vemos en una pantalla”.
Si provoca un poco, sea a hombres o a mujeres, encantado. “Me encanta explotar la sensualidad en mis trabajos”, confiesa –en perfecto castellano, por cierto, que asegura haber aprendido viendo televisión–, “y siempre he considerado que el arte no tiene orientación sexual, por eso intento evitar los clichés y dejo mis trabajos abiertos a cualquier interpretación”. Y procura alimentar cierto halo de misterio en torno a él. “Tampoco soy tan conocido todavía para que mi vida interese a mucha gente. Creo que mi trabajo cuenta mucho sobre mí”.
«ME ENCANTA EXPLOTAR LA SENSUALIDAD EN MIS TRABAJOS»
Coréon Dú es un hombre que escapa a las etiquetas clásicas. Se mueve a caballo entre la cultura africana y la latina, lo mismo se marca un tema de kuduro que un bolero con ramalazo country o un corte dance electrónico, igual escribe guiones de telenovelas que lanza modelos, lo mismo le ves vestido elegantísimo de traje oscuro que con falda y prendas multicolor (en muchos casos diseñadas por él). “Me encanta fusionar todo lo que me interesa. Ten en cuenta que soy africano, pero me crié entre Estados Unidos y Portugal”.
Y no pretende centrarse en una única actividad, sino crear sinergias entre todas las que le gustan. “La música ahora es mi principal objetivo, pero no por ello he abandonado la producción audiovisual ni el diseño de moda”. Y los desafíos le ponen. “Nunca pensé que podría escribir una telenovela, y ya voy por la segunda, también producida por mí. La primera, Windek, fue nominada a un Emmy internacional”. El hecho de que uno de sus protagonistas fuese gay creó una enorme controversia en su país. Y lo mismo sucedió después de contar con la cantante transexual Titica para el documental I Love Kuduro, con guion suyo y una gran trayectoria en festivales. “Siempre haré lo posible para luchar contra el machismo y premiar a las mujeres de mi país”, afirma orgulloso.
¿Qué tienen en común Michael Jackson, Björk, Juan Luis Guerra y Alejandro Fernández? Pasa página
Musicalmente, Coréon se confiesa fan absoluto de estrellas mundiales como Michael Jackson y Björk. “Me gustan los artistas que tienen valor de mostrarse como son, de transmitir una identidad propia y de desafiarse a sí mismos con cada nuevo proyecto”. En el panorama latino cita como su primera gran influencia a Juan Luis Guerra (“la música caribeña era muy popular en mi país en los 80 y los 90”), y después a Alejandro Fernández (“le descubrí viviendo ya en Estados Unidos, y me gustó que reivindicara su tradición desde una perspectiva contemporánea”).
Viendo el listado tan variopinto de nombres que le inspiran, se entiende mejor que su música bascule entre el populismo de Bailando Kizomba y la sofisticación de Amor robótico. “Siempre he procurado combinar las sonoridades afrolatinas con otras más electrónicas. Y en los últimos años he colaborado con numerosos DJs, tanto de mi país como internacionales”. Hasta el punto de que el año pasado editó un álbum de remezclas titulado The WeDú Experiment, en donde participan DJ Spooky o Phil Asher.
«YO, QUE HE SUFRIDO BULLYING Y DISCRIMINACIÓN, QUIERO QUE MIS TRABAJOS CONTRIBUYAN A AUMENTAR LA AUTOESTIMA DE LA GENTE»
Ahora mismo vive entre Luanda y Los Ángeles, aunque asegura que realmente siente que donde más tiempo pasa es las salas de espera de los aeropuertos. No le importa, porque es un espíritu inquieto. Y confía en que su música, como todos los proyectos en que se embarca, contribuya a transmitir un mensaje positivo. “Siento que hacen falta referencias, en cualquier arte, que contribuyan a aumentar la autoestima de la gente. Yo, que he sufrido bullying y discriminación por varios motivos a lo largo de mi vida, quiero que mis programas de televisión, los documentales y mis canciones contribuyan a ello. Para que cada cual celebre lo que le hace especial y único”.
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