James Franco, de icono gay a homófobo radical

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¿Puede un homosexual pasar de ser uno de los principales abanderados de los derechos LGTB a liderar el movimiento homófobo en Estados Unidos? Aparentemente sí. La película I Am Michael, protagonizada por James Franco, recoge la historia real de Michael Glatze, un famoso activista gay, fundador de la revista Young Gay America –destinada a adolescentes LGTB–, que decidió renegar de su sexualidad, abrazar la fe católica y comenzar a predicar como fanático religioso contra toda manifestación de la homosexualidad.

Dirigida por Justin Kelly y con Gus Van Sant como productor, I Am Michael se basa en el artículo del New York Times My Ex-Gay Friend, de Benoit Denizet –ex pareja de Glatze, encarnado por Zachary Quinto en la ficción– y repasa su biografía desde que funda con sus amigos una publicación gay de referencia en Estados Unidos hasta que, un buen día de 2004, decide replantearse su vida y su identidad tras sufrir una serie de ataques de pánico. Por qué Glatze decidió renunciar a una exitosa carrera como editor y referente gay para casarse con una mujer y refugiarse en el ala más radical del catolicismo es una de las cuestiones que trata de dilucidar el filme. «Me interesó la historia porque profundiza en las cuestiones de la sexualidad y la identidad. En un primer momento pensé que la historia sobre un activista gay que se convierte en pastor es inusual», contaba Franco el pasado lunes ante la prensa en Berlín, según informa la agencia DPA.

Glatze renunció a su novio y a su estilo de vida –entre otras cosas, se dedicaba a viajar por institutos de Estados Unidos recogiendo testimonios de jóvenes gays– y, tras una profunda crisis existencial, llegó a la conclusión de que todo se debía a su identidad sexual. Declaró que Dios y la Biblia le habían salvado ‘de su condición de gay’, que todo se debía a que era ‘demasiado débil’ y pasó a condenar públicamente todo por lo que había luchado anteriormente. «La homosexualidad es la muerte y yo escojo la vida», llegó a decir en una ocasión. Fue en una escuela cristiana de Wyoming donde conoció a la que sería su esposa, Rebeka (Emma Roberts), y más tarde se convirtió en pastor de su propia congregación.

I Am Michael, que no escatima en escenas morbosas, entre las que se incluye un trío entre James Franco, Zachary Quinto y Charlie Carver, se ha presentado esta semana en el Festival de Berlín, y aunque las primeras reacciones no han sido muy entusiastas, ya hay ganas de volver a ver a James Franco involucrado en su enésima causa gay. Por si fuera poco, Franco también está presente en esta edición de la Berlinale con otras dos películas, Queen Of The Desert, de Werner Herzog, y Everything Will Be Fine, de Wim Wenders.