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Increíble pero cierto. Ha pasado un año desde que Ricardo y Luis denunciasen una agresión homófoba sufrida en una playa de Cabo de Gata. Un padre y su hijo, por el simple hecho de ser pareja, se abalanzaron sobre ellos a gritos de “ni un paso más maricones”, y les propinaron una brutal paliza.
Pues bien, poco después nos encontrábamos con que el Juzgado de Instrucción número 4 de Almería archivaba el caso en un atentado contra el sentido común. Y para más inri, desde esa misma institución se les iba a culpar de exhibicionismo. Según la jueza encargada del caso, y tal y como explica el Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Almería, la playa de Torregarcía (lugar de la agresión) no tiene autorización oficial para uso nudista. Por tanto, los agresores pasaban a ser directamente víctimas de un supuesto escándalo. Claro, habían dañado su sensibilidad y se habían visto obligados a darles un escarmiento.
Tras un nuevo recurso, esta vez la magistrada ha decidido aplazar el juicio hasta septiembre porque “se van de vacaciones”, explica Ricardo a Infolibre. Mientras, asegura que no han “podido volver a la playa” y su pareja “ha tenido que aumentar la medicación” debido a un alto grado de depresión.
La pareja estaba llamada a declarar este jueves, y recibían a través de su abaogado la notificación del aplazamiento tan solo dos días antes. Además, La Asociación Pro Derechos Humanos de España, que si iba a presentar en defensa de Luis y Ricardo como acusación, no podrá hacerlo porque se les piden 12.000 euros para ello. “Generalmente, cuando las ONGs se presentan a una causa les piden cero euros o una cantidad simbólica, no damos crédito”, se lamenta.
Por supuesto, el argumento no les deja ni mucho menos satisfechos, más bien suena a pretexto barato. Visto lo visto, ¿cuál será la siguiente e inverosímil vuelta de tuerca?