La propia fotógrafa Gabriela Herman vivió esa situación. Cuando era niña descubrió que a su madre en realidad le gustaban las mujeres: “Mi madre es lesbiana. Pero he tardado mucho tiempo en decir esta frase en voz alta”. La autora recuerda el momento en que su madre se lo contó, al principio confiesa haberse sentido un bicho raro, pero con el tiempo se dio cuenta de que no tenía nada de malo.
En esto consistió su ambicioso proyecto, en buscar a otros niños con vivencias similares para dar luz a estos casos, crear normalidad y mostrar al mundo que existen. El proyecto ha consistido en una serie fotográfica compuesta por más de 20 imágenes y sus fascinantes historias, una búsqueda que ha requerido más de 5 años.
Gabriela se enteró de que su madre era homosexual a los 15 años. Tuvo que vivir la separación de sus padres y entender el nuevo matrimonio de su madre con otra mujer. Una situación que le hizo sentirse decepcionada y que no entendió en su momento. “Estuve un año sin hablar con mi madre y sentía que tenía que ocultar su sexualidad, sobre todo a mis compañeros de clase. El tema acabó siendo tabú en mi familia”. Tuvieron que pasar casi diez años, cuando cumplía los 25, para que su madurez le hiciese ver que su madre solo había sido víctima de la represión social y que al menos tuvo valor para corregirlo y vivir su vida.
En una búsqueda de comprensión, decidió llevar a cabo este emotivo proyecto: retratar a otros hijos de padres homosexuales, con vivencias similares a la suya y contar su historia, para dar normalidad a las familias con padres homosexuales. El proyecto tomó el nombre de The Kids, pero quiso ser más ambicioso e incluir a otros tipos de familias LGTBI, es decir no solo hijos de padres homosexuales que descubrieron su orientación o identidad sexual después, sino también niños adoptados por parejas gays o que nacieron por inseminación artificial.
Con su proyecto, Herman pretende que las generaciones venideras lo tengan más fácil que ella, que se desvanezcan las desigualdades y que los niños del futuro ni siquiera tengan que plantearse qué hay de extraño en nacer en el seno de una familia formada por dos hombres o dos mujeres. “Puede que haya pocos estudios al respecto, pero hay muchas historias que contar. Los jueces, académicos, expertos y activistas siguen cuestionándose cómo se ven afectados los niños por el matrimonio gay. Tal vez es el momento de preguntar a los propios niños”, sostiene.
Hope: criada en Nueva York por sus dos padres
“Sabía que había otros modelos de familia porque veía las de mis amigos o mis tíos y me daba cuenta de que la gente tenía algo llamado ‘madre’ que yo no tenía, pero nunca me sentí parte de una minoría. Me hacía preguntas sobre mi familia biológica y acerca de mi verdadera madre, pero por razones de mi propio desarrollo, no porque sufriera por ello. Considero que mis padres hicieron un fantástico trabajo criándome y convirtiéndome en una mujer fuerte. A veces aún pienso de dónde vengo y otras la duda desaparece”.
Mark: criado en Pensilvania por su madre y su padre, que salió del armario mientras él estudiaba en la universidad
“Mi padre es gay. En realidad, está todavía en el proceso de salir del armario. Tenía la sospecha de que mi padre era homosexual desde el principio. También supe siempre que yo era maricón, lo cual ayuda. Recuerdo que mi padre, desde que yo era niño, usaba los mismos comportamientos para ocultar su feminidad que yo, como descruzar las piernas o intentar dejar de gesticular con las manos al hablar”.
Annie: criada en Ohio por su madre y su padre, que cambió de sexo para ser mujer cuando ella tenía 4 años
“En realidad no recuerdo a mi padre como un hombre, supongo que es porque realmente crecí con dos madres. Pero para mí nunca fue algo importante. Hasta que no llegué a la universidad no había lidiado con el momento de contárselo a la gente. Nunca había hablado de ello y mucho menos considerándolo como un asunto social o algo por lo que había que luchar”.
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Zach: criado en Iowa por sus dos madres
“Creo que la palabra correcta para describir a mi familia no es LGBT, es solo ‘familia’. Si ves la mayoría de cosas que definen a mis madres es más preciso decir que son hinchas de los Packers o que ambas trabajan en el sector de la salud antes que destacar que son un matrimonio gay”.
Zach es el muchacho que habló ante el senado de Iowa cuando tenía 19 años sobre su familia y luchó para oponerse a la prohibición que impedía las uniones homosexuales en su estado. Os dejamos el vídeo de uno de los discursos más emotivos que jamás habréis visto:
Kerry: criada en Nueva Jersey por su padre y su madre, que salió del armario cuando tenía 11 años
“Recuerdo una conversación con mi madre en la que me decía que quería casarse con otra mujer. Cuando yo era muy pequeña quería casarme con mi mejor amiga, así que fue en plan ‘Ah, ¿igual que yo con Sarah?’. Ella me contestó: ‘No, no es exactamente igual que Sarah y tú’. Kerry fue educada en la doctrina cristiana evangélica y cuando descubrió la verdadera identidad sexual de su madre sintió que debía salvarla”.
Elizabeth: criada en Boston por su madre y su padre, que salió del armario cuando ella estaba en la universidad
“Me dijo, ‘es el momento de afrontar mi identidad’. Le pregunté si era gay y me dijo: ‘Bueno, no he tenido ninguna experiencia para estar seguro de ello’. Recuerdo que las siguientes palabras que salieron de mi boca fueron: ‘Papá, estoy totalmente segura de que eres gay”.
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Darnell: criado en California por sus dos madres y su padre
“Estaba rodeado de lesbianas todo el tiempo y creí que era algo normal. Recuerdo que escuchaba música pop en la radio y asumía que quien cantaba lo hacía para una persona de su mismo género”.
Dori: criada en Nueva Jersey por su padre y su madre, que salió del armario cuando ella tenía 8 años
“Empecé a hablar de la homosexualidad de mi madre con la gente después de la universidad. Pasó de ser una conversación que mantenía en la cuarta o quinta cita a contarlo en la primera”.
Lucas: criado en Florida, hijo de padres divorciados. Su madre salió del armario cuando él tenía 15 años
“Que mi madre fuera lesbiana fue fácil de admitir para mí porque me enseñaron a aceptar a todo el mundo. Era raro, pero no fue difícil en absoluto. Si la situación hubiese sido peor para mi madre, si le hubiese resultado más difícil ser gay, entonces probablemente me habría decidido a luchar por sus derechos”.
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Lauren: criada en Kansas City (Missouri) por su madre y su padre, que salió del armario cuando ella tenía 7 años
“El hecho de que mis padres se divorciaran eclipsó de alguna manera que mi padre fuera homosexual. Hoy día creo que es genial para mi hijo porque ha crecido con dos abuelos y nunca sabrá la diferencia. Mi padre no es más abuelo para él que su pareja”.
Jamie: criada a las afueras de Chicago por su madre y las parejas que esta tuvo
“Fui criada por mi madre y sus diferentes parejas, pero muchas de sus parejas anteriores y amigas estaban en mi vida, así que siento que fui criada por una gran cantidad de mujeres diferentes”.
Aaron: criado en Berkeley, California, por sus dos madres, que después se separaron cuando tenía 7 años, porque su madre biológica se fue con un hombre
“Mis mamás se separaron cuando yo tenía alrededor de 7 años porque mi madre biológica se enamoró de un hombre. Yo sabía que mi familia era diferente, pero para mí no era raro, era tan solo otro tipo de familia”.
Allison: criada en Connecticut y Vermont por su madre y su pareja
“Tan pronto como me enteré de que en mi nueva escuela había una alianza gay, fui corriendo a inscribirme. Fue increíble saber que había otros niños de mi edad que apoyaban a las personas LGBT sin serlo. De este modo ya nunca volví a sentir que la sexualidad de mi mamá era un oscuro secreto que tenía que esconder”.
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Moshé: criado en el estado de Nueva York por sus dos madres
“Yo y mis mamás siempre hemos estado muy unidos; por supuesto, tuve una fase de adolescente en las que llegue a odiarlas por ser diferentes. Pero ahora ellas son como mi piedra angular, siempre están ahí cuando las necesito y todo se tambalea. Las amo”.
Danielle: criada en Washington por sus dos madres
“Cuando tenía alrededor de 4 años, recuerdo que una amiga y yo jugábamos a las casitas, yo quería ser la mamá pero mi amiga también, así que comenzamos una acalorada pelea a gritos. Mi madre vino corriendo y pregunto ‘¿Pero qué es lo que pasa?’. Al explicarle que queríamos ser las dos la madre, solo dijo ‘¿Por qué no lo sois las dos?’. Yo la miré con incredulidad y le dije: ‘No podemos hacer eso’, y ella me miró y dijo ‘Danielle, tú tienes 2 mamás’. Me quedé parada recapacitando sobre el tema”.
Ilana: criada en Pittsburgh por su padre y su madre, que salió del armario cuando tenía 16 años
“Cuando me lo comunicó pensé que mi madre estaba sufriendo una crisis por su mediana edad. No sé, a algunas personas les da por comprarse un coche nuevo, creí que a ella le había dado por tener una nueva orientación sexual”.
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John: criado en Nueva Inglaterra por su madre y más tarde en Seattle por su padre y su pareja, otro hombre, y que salió del armario cuando John tenía 2 años
“Mi mamá nunca me había hablado del tema, hasta que decidimos que tenía que ir a vivir con mi padre, entonces compró el libro ‘Daddy’s Roommate’ para intentar explicarme la situación”.
Zack: criado en Nueva York por sus dos madres adoptivas
“Nunca presté demasiada atención a que mi familia estuviera compuesta por dos mamás. Tenía otras preocupaciones más presentes como la búsqueda de mí mismo, ya sabes, por eso de la raza y el origen étnico”.
Karen: criada en el sur de Oregón por su padre y su madre, que hizo pública su homosexualidad cuando tenía veinte años
“Vivir en Nueva York me ha hecho más tolerante. Esto hace que sea más fácil hablar de ello. Donde yo crecí, nadie era gay, nadie hablaba de ello. Pero aquí todos los que conoces son gays y todo el mundo habla de ello, es una gran cosa”.
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Shira: criada en Pittsburgh por su padre y su madre, que salió del armario cuando esta estaba en la universidad
“Tan pronto como ella me dijo que había encontrado a alguien más, yo sabía quién era, sabía que era una mujer. Ella había mencionado a esta mujer una o dos veces cuando hablábamos por teléfono definiéndola como una amiga. Es como cuando hablas con una amiga y sabes que a ella aún le gusta ese tipo simplemente por la forma en que habla de él”.
Diana, criada en Ossining, Nueva York, por su madre y su padre, que salió del armario cuando ella estaba en la universidad
“Mi papá dice que si yo no le hubiera plantado cara diciéndole lo que pensaba de su sexualidad, su plan era vivir el resto de su vida encerrado en el armario, del mismo modo que pensó que nunca se lo diría a nadie”.
Vanessa: criada en el norte de Virginia por su madre y su padre, que salió del armario cuando tenía 28 años
“Mi hermana y yo estábamos más molestas por la sensación de que nos hubiera mentido durante toda nuestra vida que por la declarada homosexualidad de mi padre”.
Robin: criada en Nuevo México por sus dos madres y dos padres
“Un día, en la universidad, yo estaba en una clase sobre la justicia social y había un tipo allí que trajo a colación el hecho de que tenía dos mamás. Y yo estaba como ‘Oh, Dios mío’. En realidad, mi primera reacción fue sentirme un poco molesta, porque en ese momento sentía que me estaba robando mi historia. Luego entre en razón, finalmente encontraba a alguien en mi comunidad que estaba en mi situación, eso nos hizo sentirnos muy cercanos y fue realmente increíble conocerle”.